El jefe de la policía de Nueva York, Dermot Shea, anunció este lunes que desmantelará la Unidad Contra el Crimen, integrada por 600 agentes que vestidos de civil patrullan las calles de la ciudad, porque a menudo ha sido acusada de usar tácticas fuertes contra comunidades minoritarias.
De acuerdo con Shea, los agentes serán reasignados en cada precinto a otras responsabilidades, señalan medios locales.
El anuncio llega luego de que el gobernador del estado, Andrew Cuomo, convirtiera en ley varias medidas de reformas en la policía con miras a la transparencia y la rendición de cuentas y de que anunciara que ese departamento será rediseñado con la participación del Gobierno y diversos sectores de la comunidad, que han pedido cambios por años.
Sin embargo, esos cambios llegaron en medio de las protestas a través del país, a veces violentas, incluida Nueva York, por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis.
«Damos la bienvenida a la reforma, pero también creemos que una reforma significativa comienza desde adentro», aseguró Shea, quien se ha atribuido la responsabilidad total del cambio de política en el departamento que dirige desde el año pasado.
«Es tiempo de seguir hacia adelante y cambiar la forma en cómo vigilamos en esta ciudad. Podemos hacerlo con inteligencia, astucia y no con fuerza bruta», afirmó el jefe de la policía.
Recordó que ya hicieron lo mismo cuando dejaron atrás la política del «stop and frisk», de detener y registrar a individuos, que impactó de forma desproporcionada a latinos y afroamericanos y fue declarada inconstitucional por un tribunal federal en el 2013.
La conducta de la policía de Nueva York ha sido blanco de críticas durante las protestas por la muerte de Floyd en las que algunos fueron grabados en acciones como conducir una patrulla contra los manifestantes o lanzar contra el pavimento a una mujer, caso por el que se presentaron cargos a un agente.
Ante los reclamos de los manifestantes de que se cortaran los fondos a ese departamento y se asignaran a otros programas, el Concejo de la ciudad ha propuesto un recorte de mil millones de los seis mil millones que se le asignan cada año fiscal.
El alcalde Bill de Blasio ha estado de acuerdo con reducir fondos y asignarlos a programas de jóvenes pero no con la reducción de los mil millones.
«Las protestas no fueron un factor en esto», aseguró Shea sobe su decisión.
Los cambios no han sido del agrado de la Asociación Benevolente de la Policía, el principal sindicato que les representa.
«La misión de la unidad contra el crimen era proteger a los neoyorquinos previniendo proactivamente el crimen, especialmente la violencia armada», indicó su presidente, Patrick Lynch.
«Los tiroteos y asesinatos están aumentando constantemente, pero los líderes de nuestra ciudad han decidido que la vigilancia proactiva ya no es una prioridad. Eligieron esta estrategia. Tendrán que tener en cuenta las consecuencias», indicó.
EFE