Jorge Manuel Ortiz, profesor y líder comunitario, fue asesinado el martes 16 de junio en horas de la tarde por individuos desconocidos que lo atacaron con armas de fuego. El atentado ocurrió en el municipio de Barranco de Loba, que se ubica en el sur del departamento de Bolívar, a unos 300 kilómetros al oriente de Sincelejo.
Ortiz, conocido por su gente cercana como «Yuca Jorra», trabajaba como docente de primaria en una zona rural del municipio de Alto del Rosario. Era, además, reconocido como un líder comunitario en la población por su labor como representante de la asociación de mineros o de familias de la mina Santa Cruz, y por su veeduría ciudadana en temas de derechos humanos y denuncias por el recrudecimiento del conflicto en el departamento.
El docente tenía un perfil alto en la comunidad, pues había sido candidato por el Partido Verde a la alcaldía de Barranco de Loba, y también porque hizo un número importante de denuncias por la presencia en el área del grupo armado conocido como Los Ratones.
El principal blanco de las denuncias recientes de Ortiz fue el actual alcalde del municipio, Manuel Esteban Ramos Bayter. De acuerdo con el profesor asesinado, desde la administración de Ramos había algunas irregularidades con el manejo de los recursos para la atención de la pandemia del covid-19, además de tener una presunta relación con la banda criminal Los ratones.
El alcalde Ramos Bayter fue elegido en 2019 con el aval del Centro Democrático, mientras la Contraloría Departamental de Bolívar adelantaba en su contra una investigación por detrimento patrimonial por más de 532 millones de pesos, por hechos que habrían sucedido mientras este era alcalde del municipio entre 2012 y 2015.
Por su parte, Ramos Bayter ha asegurado en varias oportunidades que estas investigaciones en su contra se basan en «calumnias e improperios». Sobre el asesinato de Jorge Ortiz, el alcalde se pronunció lamentando el hecho y ofreciendo una recompensa de 30 millones de pesos por información que conduzca a los responsables.
Análisis Urbano conoció que Jorge Manuel Ortiz contaba con un esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección (UNP) que consistía en un vehículo y dos escoltas, como medida de prevención debido a una serie de amenazas que había recibido contra su vida.
No obstante, y como ya le ha sucedido a otros líderes sociales amenazados en el país, la UNP decidió bajar el estatus de riesgo de Ortiz hace tres meses, y su esquema de seguridad se vio reducido a solo un escolta, quien también resultó herido en el atentado.
Lo que hay alrededor del ataque
De acuerdo con la información oficial, el ataque se produjo cerca del hospital, en una zona frecuentada por personas del pueblo. Alrededor de las cinco de la tarde Jorge Ortiz recibió siete impactos de bala que acabaron con su vida, mientras que su escolta recibió dos y está siendo atendido en un centro asistencial. De acuerdo con los testigos, los atacantes cometieron el acto portando armas de mediano y gran calibre, y huyeron de la escena luego de cometido el asesinato.
El departamento de Bolívar, ubicado al norte de Antioquia y al oriente de Córdoba y Sucre, ha sido mencionado numerosas veces junto a estos departamentos en los últimos años por la presencia de grupos al margen de la ley, en especial aquellos que llegaron a ocupar zonas cocaleras y de economías ilegales cuando los frentes de las antiguas FARC se acogieron al proceso de paz desde 2016.
Aunque el Ejército y la Fuerza Pública han hecho presencia en algunos de estos territorios, sus acciones no han sido suficientes para contener la violencia, más cuando se han conocido denuncias de presuntas colaboraciones entre las fuerzas oficiales y los grupos ilegales con el fin de sostener las economías de narcotráfico, minería ilegal y tráfico de madera, entre otras.
De hecho, en municipios como Tierralta, Ituango, Segovia, Caucasia, Zaragoza y Tarazá —todos en la zona donde se ubica Barranco de Loba—, se han producido numerosos atentados en los últimos años que han afectado a la población civil. Algunos de estos ataques están dirigidos a una persona en específico, y los perpetradores en estos casos conocen los detalles personales de las víctimas, como la dirección de su residencia y sus rutinas habituales.
Este tipo de ataque —el asesinato selectivo—, que corresponde al que sufrió Jorge Ortiz, obedece al modo de operar de los grupos paramilitares de la zona, que silencian a sus opositores con atentados que, por lo general, acaban con sus vidas o los obligan a abandonar sus territorios junto con sus familias.
En todo este contexto se habla de una guerra que se libra en toda esta zona por las rutas de narcotráfico; el control de los campos de coca y de las poblaciones que los cultivan; las fuentes de madera y minerales, y las rutas de desplazamiento entre municipios, veredas y corregimientos. Esta guerra la disputan las disidencias de las FARC que permanecen en la zona, el ELN, la Fuerza Pública y los grupos paramilitares como Los Caparrapos o las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
Barranco de Loba es un municipio a orillas del río Magdalena, con no más de 15.000 habitantes, de acuerdo con el último censo. En este lugar, donde hace presencia el mencionado grupo paramilitar conocido como Los Ratones, Ortiz había recibido amenazas de muerte que lo pusieron en la atención de la UNP y la Defensoría del Pueblo.
El nombre del docente había aparecido en una alerta temprana de la Defensoría, por lo que ya estaba tramitada una autorización para ejercer su docencia en otro lugar. En el momento del atentado, Ortiz estaba a la espera del traslado.
