El Gobierno Nacional emitió el Decreto 1076 donde, entre otras cosas, le abrió camino a la apertura de los templos en los municipios. Para hacer esto posible, los alcaldes deben hacerse cargo de gestionar la debida autorización a través del Ministerio del Interior.
El ministerio verificará que las iglesias cumplan con los protocolos de bioseguridad emitidos por el Ministerio de Salud y Protección Social. Actualmente, hay 292 municipios ‘no covid’ y 373 de afectación baja.
Dentro de las medidas se debe cumplir con el distanciamiento social, ubicando a los feligreses a dos metros de distancia; los espacios para sentarse deben estar en forma de zigzag; se debe tomar la temperatura antes de ingresar. Además se debe hacer la desinfección de manos y suelas de zapatos; las instalaciones deben desinfectarse constantemente; el ingreso de menores de edad no está permitido; hay que conservar la ventilación natural con puertas y ventanas abiertas.
Los feligreses también deben ser conscientes del autociudado y de no generar aglomeraciones al entrar o salir.
Es importante resaltar que el Artículo 5 fue claro en especificar que “en ningún municipio de moderada o alta afectación de coronavirus se podrá habilitar espacios o actividades presenciales”, dentro de estas, se especifican los servicios religiosos que impliquen aglomeraciones.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se mantuvo firme en la decisión de no permitir la apertura de iglesias en el transcurso de julio y agosto, debido al alto riesgo de contagio al tratarse de lugares cerrados. Aseguró que esto sería “500 veces peor que el día sin IVA”.
