Ayer la Cancillería informó que, a través de la Embajada de Colombia en Washington, presentó ante el Departamento de Estado de los Estados Unidos una nueva solicitud de detención y posterior extradición del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso. Sería la cuarta solicitud en lo que va del año, y no es claro que esta vaya a ser la vencida.
Hasta el momento, lo que ha demostrado el gobierno de Iván Duque es que más allá de declaraciones indignadas que le permiten al Gobierno sonar muy duro contra la impunidad de los crímenes del conflicto armado, en la práctica ha demostrado muy poca diligencia para traer a Colombia a uno de los criminales más simbólicos de las atrocidades cometidas durante el conflicto y que todavía puede contar muchas verdades.
Quizás porque si Mancuso llega a Colombia tendrá muchos incentivos para reiterar lo que ya reveló ante Justicia y Paz o contar lo que no alcanzó antes de ser extraditado: las múltiples alianzas que estableció con políticos, militares y policías y empresarios que auspiciaron o facilitaron el paramilitarismo, varios de ellos cercanos al uribismo o al establecimiento económico, dos pilares fundamentales de la gobernabilidad de Duque.
Cinco errores, omisiones e improvisaciones demuestran que la extradición de Mancuso no ha sido una prioridad para este gobierno:
- Los errores tan protuberantes en las primeras tres solicitudes de extradición:
El gobierno presentó dos solicitudes iniciales de extradición por requerimiento de la sala de Justicia y Paz del Tribunal de Barranquilla el 15 de abril y el 13 de mayo.
La Embajada de Estados Unidos le dijo al Gobierno que eran inviables pues no correspondían a figuras legales de ese país. Es un error de principiante, según dos abogados expertos en el tema consultados por La Silla.
La tercera solicitud fue presentada el 13 de mayo de 2020, por orden del Juzgado 18 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá. Después de haber expedido la orden de solicitud de extradición, que llegó el 24 de junio a Estados Unidos, tuvieron que retirarla el 17 de julio porque se dieron cuenta que la condena ya había sido unificada con las sentencias de Justicia y Paz y que ya había cumplido esa pena. Para darse cuenta de esa, bastaba una búsqueda sencilla en Internet.
Es posible que estos errores se debieran a la premura que existía de radicar esas solicitudes. 2
2. Al gobierno le cogió la noche para solicitar la extradición
La primera solicitud de extradición se hizo el 15 de abril de 2020, y desde febrero 11 ya Mancuso había pedido ser deportado a Italia porque el 27 de marzo terminaba de cumplir su pena por narcotráfico en Estados Unidos.
De hecho, el mismo día en que el gobierno presenta la solicitud de extradición, la Agencia de Inmigración de Estados Unidos expidió la orden de deportación a Italia, que Mancuso aceptó. Desde entonces, el presidente Duque y el Fiscal Barbosa han dicho que están en conversaciones con la Embajada para facilitar la extradición y la deportación se ha enredado.
Sin embargo, el 16 de agosto, los abogados del paramilitar en Estados Unidos le PIDIERON a la corte federal del distrito de Columbia que obligue al Fiscal General de ese país, William Barr, a cumplir con la orden de deportación, que ya excedió los 90 días de plazo máximo que tienen.
La nueva solicitud de extradición, entonces, llega 4 días después de esta solicitud de emergencia.
Lo sorprendente de que le haya cogido la noche al gobierno con un caso tan simbólico para las víctimas de Colombia, es que según supo La Silla por una fuente con credibilidad, la embajada de Estados Unidos había advertido al gobierno desde el año pasado que Mancuso estaba próximo a cumplir su pena y a ser deportado a Italia si Colombia no se movía rápido para pedir su extradición. 3
3. No trató el tema de la extradición de Mancuso en su reunión con funcionarios del gobierno de Estados Unidos
El lunes festivo, Iván Duque se reunió en la Casa de Nariño con una delegación de asesores de Donald Trump, encabezada por el asesor de Seguridad Nacional Robert O’Brien. No trató el tema de la extradición de Mancuso.
Así lo revela la DECLARACIÓN OFICIAL que hizo al final de la reunión en donde mencionó las conversaciones que tuvieron sobre cómo luchar contra el narcotráfico, sobre la ayuda de Estados Unidos para el Covid y el plan de reactivación económica, sobre la dictadura en Venezuela, sobre la elección del candidato de Trump para el Bid y sobre la entrada de Colombia a la Ocde, entre otros temas. ¿La extradición de Mancuso? No clasificó. 4
4. Las ‘alternativas’ inviables que ofreció el Gobierno si Mancuso es deportado
Después de que José Miguel Vivanco, el director de Human Rights Watch, comenzó a advertir que Mancuso terminaría en Italia por cuenta de los errores del gobierno Duque, el Presidente y su consejero Miguel Ceballos han dicho que apelarán a la “jurisdicción universal”.
El presidente Duque dijo que le pediría a la Corte Penal Internacional que haga la tarea y Ceballos se refirió al Tribunal Europeo. Ambas sugerencias, según varios expertos, solo reflejan improvisación y un absoluto desconocimiento del tema.
Para que la Corte Penal Internacional intervenga se requiere que el gobierno de Colombia le pida intervenir para investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos en el país o, en este caso, los crímenes cometidos por los paramilitares. No se le puede pedir que investigue solo a una persona.
Con el riesgo adicional de que la fiscal de la CPI, una vez asume un caso decide el alcance de la investigación, y puede comenzar a investigar, por ejemplo, los falsos positivos.
“Realmente es una irresponsabilidad que el gobierno Duque diga que como no ha sido capaz de tramitar una buena solicitud de extradición, le pido a la Corte Penal Internacional que haga la tarea. Creo que tendría gravísimos efectos para un país que con inmensas dificultades hasta el momento le ha dicho a la CPI lo voy a hacer, voy a cumplir con mi deber de investigar, juzgar y sancionar”, DIJO a Semana la representante a la Cámara Juanita Goebertus, que lleva años estudiando el tema.
Por su parte, el Consejero de Duque, Miguel Ceballos, dijo que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos “se convierte en una opción muy importante” para que cualquier víctima de Mancuso pueda pedirle su intervención.
“El Tribunal Europeo juzga a los Estados, no es un tribunal penal internacional que juzga a individuos por sus crímenes. Por consiguiente, esa posibilidad no existe”, dijo a La Silla Rodrigo Uprimny, fundador de Dejusticia y experto en el tema.
Uprimny dice que existe una “posibilidad larguísima” de que haya una queja ante la justicia italiana por jurisdicción universal, que parte del principio que estos crímenes pueden ser juzgados en cualquier parte. Y que si la justicia italiana se niega a hacerlo, entonces la víctima acuda al Tribunal Europeo para que obligue a Italia a juzgarlo o extraditarlo.
El tribunal, según Uprimny, rechaza de plano la mayoría de solicitudes. Y en el remoto caso de que lo aceptara, el proceso duraría muchos años.
En conclusión, si Mancuso es deportado a Italia porque el gobierno no logró solicitar su extradición a tiempo, la justicia universal no compensará su error. 5
5. El trino del Presidente le da una razón adicional al abogado de Mancuso para demostrar que no tiene garantías en Colombia
Ayer por la mañana, Duque trinó:
El futuro de Salvatore Mancuso en Colombia debe ser una cárcel. Ofrecerle caminos de ausencia de prisión y no extradición a cambio de supuesta “verdad” es una agresión a sus víctimas, que esperan sanciones ejemplarizantes.
— Iván Duque 🇨🇴 (@IvanDuque) August 20, 2020
Mientras Mancuso estuvo en Justicia y Paz, e incluso desde Estados Unidos, confesó más de 10 mil hechos de sangre, fue el que entregó la información sobre el Pacto de Ralito, que llevó a más de 50 congresistas a la cárcel por parapolítica, gobernadores, congresistas, alcaldes, coroneles y generales fueron condenados por sus confesiones. Solo faltaron los empresarios, que él también mencionó, pero cuyos procesos terminaron en solo compulsas a la Fiscalía. Pidió perdón decenas de veces por las atrocidades que cometió.
Por todo eso, en Justicia y Paz lo condenaron a la máxima pena de 8 años de esa jurisdicción especial creada durante el gobierno de Uribe para la desmovilización de los paramilitares. Y en Estados Unidos duró preso 12 años, es decir pagó en total 6 años más y la ley 975 dice que la pena se puede cumplir en el exterior.
Es decir, la única forma en que Mancuso pagaría más años de cárcel es si le prueban que no confesó todos sus delitos, y para eso le tienen que abrir un nuevo proceso por aquello que piensan que no confesó. Ese proceso aún no existe.
La decisión de la sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, del 11 de agosto, que sustenta la solicitud de extradición de ayer reconoce explícitamente que Mancuso ha cumplido con sus obligaciones de verdad pero revoca la DECISIÓN que ya lo había dejado libre a finales del año pasado y ordena que se presente ante la Agencia Nacional de Reincorporación, a la que solo pueden entrar los postulados que están libres.
Es decir, que el fallo de la juez no es para meterlo preso porque ya pagó su pena máxima.
Entonces, que el presidente de la República trine que “El futuro de Salvatore Mancuso en Colombia debe ser una cárcel” y deslegitime como “supuesta verdad” la que ya Justicia y Paz han aceptado muestran una interferencia del ejecutivo en la justicia, y por lo tanto, le ofrece argumentos al abogado de Mancuso pra decir que en Colombia no tiene garantías y que como ciudadano italiano lo deben deportar a Europa.
De hecho, ya su abogado lo mencionó en su solicitud a la Corte Federal: “El 7 de agosto, el presidente de Colombia, el señor Iván Duque, en una entrevista audiovisual eliminó cualquier posibiidad de que el señor Salvatore Mancuso pudiera tener un debido proceso y las garantías procesales en Colombia”, dice la solicitud. Y hace referencia a las conversaciones que el Presidente dijo que estaba sosteniendo con el Departamento de Estado para extraditar a Mancuso, cuatro días antes de que el Tribunal revocara la decisión de la jueza de ejecución de penas de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, que lo había dejado en libertad.
Tomado de La Silla Vacía