Trípoli, 30 agosto.- Todos los migrantes que se encontraban a bordo del barco humanitario «LouiseMichel» han sido transferidos al barco «Sea-Watch4» después de que este último decidiera el sábado cambiar de rumbo para atender la llamada de socorro del primero y asistirle en el rescate de 130 personas que navegaban a la deriva en un bote de goma en el Mediterráneo.
Según la ONG «Médicos Sin Fronteras» (MSF), que gestiona la atención médica a bordo del «Sea-Watch4», las 150 personas vulnerables que se encontraban en el barco fletado por el artista británico Banksy han recibido los primeros auxilios y se les ha aplicado el protocolo para evitar contagios por la COVID-19.
«El SeaWatch4 ha rescatado de manera segura a 150 personas que estaban en «LouiseMichel». Dado que los estados han retrasado la ayuda a aquellos que la necesitaban desesperadamente, las organizaciones Sea-Watch y MSF no han tenido otra elección que actuar. Aunque estaba a la espera de lograr un lugar seguro para las 201 personas que llevábamos ya a bordo», explicó.
«¿Y ahora qué?» concluía su mensaje en redes sociales, en un pregunta elevada directamente a las autoridades de la Unión Europea, que tampoco han dado permiso al buque comercial «Maersk Etienne», que el pasado 5 de agosto también rescató a 27 personas que viajaban en un bote a la deriva.
El «LouiseMichel», bautizado con el nombre de una famosa feminista y anarquista francesa, lanzó una alarma la noche del viernes al avistar un nuevo bote y admitir que había superado su capacidad de rescate.
El «Sea-Watch4» fue el primero en responder, pese a que se hallaba igualmente saturado y a unas cuatro horas de navegación.
Horas después lo hizo Italia, que autorizó la salida de una patrullera de la Guardia Costera amarrada en el puerto de la isla de Lampedusa, que se hizo cargo de 49 personas: 32 mujeres, 13 niños y 4 hombres que fueron aceptados para no romper los núcleos familiares.
LLAMAMIENTO DE LA ONU
En este contexto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) exigieron este sábado que se facilite el desembarco inmediato de cerca de 400 migrantes que han sido rescatados en los últimos días en el Mediterráneo central, la ruta migratoria más mortífera del mundo.
En un comunicado difundido este sábados, ambas agencia de Naciones Unidas recordaron que todos ellos partieron en botes de goma precarios desde playas en Libia, un puerto que se considera «no seguro» al ser la base de las mafias que trafican con personas y estar el país inmerso en una sangrienta guerra civil desde que hace una década la OTAN contribuyera a la victoria de los grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
«El imperativo humanitario de salvar vidas no debe ser penalizado ni estigmatizado, especialmente en ausencia de esfuerzos dedicados dirigidos por el Estado. La falta de acuerdo sobre un mecanismo de desembarco regional, solicitado durante mucho tiempo por la OIM y el ACNUR, no es una excusa para negar a las personas vulnerables un puerto seguro y la asistencia que necesitan, como lo exige el derecho internacional», afirmó la ONU.
«Deben reactivarse urgentemente las discusiones estancadas en torno a una propuesta de este tipo, especialmente en medio de repetidos enfrentamientos que retrasan el desembarco. La claridad y la previsibilidad redundan en el interés inmediato y a largo plazo de todos. Es fundamental que otros Estados miembros de la UE brinden más apoyo a los países que están a la vanguardia en la recepción de llegadas por mar en el Mediterráneo», advirtió.
EFE