Brasilia, 3 septiembre.– El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, volvió a defender este jueves las políticas de su Gobierno para la Amazonía, insistió en que existe una «campaña» contra Brasil por los incendios en esa región y arremetió de nuevo contra las ONG.
«Ustedes saben que las ONG, en gran parte, no pueden conmigo, pero yo no consigo matar ese cáncer que, en gran parte, son las ONG», dijo Bolsonaro en una transmisión directa a través de sus redes sociales en la que abordó la cuestión amazónica.
Desde que el líder de la ultraderecha brasileña llegó al poder, en enero de 2019, los incendios y la deforestación en la Amazonía se han disparado a tasas históricas, que el año pasado sembraron alarma en buena parte de la comunidad internacional y los grupos globales de defensa del medioambiente.
Las organizaciones no gubernamentales ecologistas han atribuido ese aumento de la degradación del mayor pulmón vegetal del planeta a las «agresivas» políticas de Bolsonaro, que incentivan la expansión de todas las actividades económicas en esa región.
«Lo dije claro. Tenemos que desarrollar la Amazonía», insistió el mandatario en su transmisión de este jueves, en la cual reiteró que los incendios en esa región este año no tienen las dimensiones de 2019, lo cual atribuyó a una mayor fiscalización del Gobierno y a que la temporada de sequía no es tan grave como lo fue entonces.
Admitió que, si bien los focos de llamas en la Amazonía han sido mejor controlados este año, han aumentado en el Pantanal, un humedal compartido por Brasil, Bolivia y Paraguay.
«El Pantanal está con problemas de incendios», pero en esa zona «la temperatura ha pasado de 42 grados y también existe combustión espontánea», dijo para explicar el fenómeno, aunque reconoció que también hay fuegos que son desatados «en forma criminal».
Bolsonaro también reiteró que Brasil «es el país que más preserva sus bosques» en el mundo y volvió a dejar claro que, mientras esté en el Gobierno, no serán delimitadas nuevas reservas indígenas.
«El 14 % del territorio del país son reservas indígenas. Hay quien quiere aumentar eso al 20 %, pero Brasil no lo aguanta», pues entre otros factores «se acabaría con el agronegocio», que es uno de los pilares de la economía nacional, afirmó.
EFE