Panamá, 6 septiembre.– Panamá entrará este lunes en la etapa «más peligrosa» en la lucha contra la COVID-19 y del proceso de reapertura, y cada ciudadano debe convertirse en «una barrera contra» el virus, alertó este domingo el Gobierno del país, uno de los más afectados de la región por la enfermedad.
Panamá, con de 4,2 millones de habitantes y un acumulado de 96.305 contagios y 2.075 muertes en 182 días de pandemia, se adentra en un renovado proceso de reapertura de su golpeada economía, que caerá un 9 % este año según las previsiones del Ejecutivo de Laurentino Cortizo.
El jefe del Estado resaltó en una nota de prensa este domingo que el consejo de expertos que le asesora en materia de la pandemia le ha alertado de que «la etapa que se inicia este lunes es la más peligrosa» para el país «en la lucha contra el nuevo coronavirus y para lograr una reactivación económica».
Los retos que tiene el país por delante con la reapertura gradual «son enormes», y el «trabajo no es solo del Gobierno» sino también de cada uno de los habitantes del país, que deben «convertirse en la barrera contra este virus mortal que ha afectado la economía mundial».
Una oleada de casos a partir de junio, que coincidió con una tímida reactivación de la industria, la banca y los servicios técnicos y con el aumento en el número de pruebas aplicadas para detectar la enfermedad, llevó a las autoridades a suspender la reapertura de las actividades productivas y comerciales no esenciales.
Pero una bajada en el ritmo de la propagación del coronavirus en las últimas semanas alentó la retoma del proceso gradual de apertura desde mediados de agosto pasado y que continuará este lunes, cuando se reactivarán las oficinas de arquitectura e ingeniería, las distintas zonas económicas especiales o zonas libres, y las sastrerías, modisterías, zapaterías y lava autos.
El nuevo cronograma de apertura se extiende hasta el 12 de octubre próximo, siempre que se cumplan ciertos criterios como mantener un RT o reproducción efectiva de casos menor o igual a 1 %, una letalidad diaria menor al 3 %, y disponibilidad de camas de sala general de 20 % o más, y de 15 % en UCI, han dicho las autoridades.
«Hay que evitar los rebrotes de casos de COVID-19 para que avancemos en la normalización de la economía nacional», indicó la misiva oficial este domingo.
Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que hasta el pasado 30 de agosto Panamá registró «la incidencia más alta entre los países de las Américas, de 2.176,6 infectados por cada 100.000 habitantes, ocupando esta semana el primer lugar por encima de la tasa promedio para la región de 1.278,7 por 100.000 habitantes».
El documento también detalló la progresión del número de pruebas aplicadas en Panamá, que pasó de realizar alrededor de 1.000 pruebas por día hasta el 23 de mayo, a cerca de 5.000 en las dos últimas semanas de agosto.
EFE