La cadena del narcotráfico en Antioquia es hereditaria

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Apunte Urbano

“Todas las cocinas donde se procesa la pasta de coca tienen relación directa con la Cadena”

¿Qué es la cadena?

La cadena del narcotráfico es la estrategia que priorizó el cartel de Medellín para garantizar la sostenibilidad del negocio ilegal y el crecimiento del mismo a través del pago de favores a altos oficiales de la fuerza pública, y políticos que garantizaban la impunidad y el Laisse fare del libre mercado de las drogas. Esta cadena no despareció con la caído del extinto narcotraficante Pablo Escobar, por el contrario, se ha mantenido en el tiempo como un acuerdo tácito para mantener el negocio, bajo  la lógica de una guerra de nunca acabar en la cual solo hay dos opciones: O se involucran en la cadena o quedan por fuera de un negocio que igual seguirá con ellos o sin ellos.

“Todos los meses, al final del mes pasaban por las estaciones entregando la nómina, pagando los sueldos”.

“A los únicos que no les entregaban los sueldos en el sitio, en las estaciones, en los CAI, porque ya existían, no se llamaban CAI, se llamaban subestaciones pequeñas, a los únicos que no estaban en esa nómina eran los oficiales”  (Excoronel Hugo Aguilar).

¿Existe o no el cartel de oficiales?

“Los oficiales los pagaban en unas tiendas de video, donde alquilaban películas. Hay recibían la plata, la recibían en DOLARES

“Era igual con la policía y con el ejército

“A un oficial, a un general del Ejército, le pagaban quince millones de pesos ($15.000.000) a un Coronel, diez millones de pesos ($10.000.000) a un Mayor ocho millones de pesos ($8.000.000) a un capitán y un teniente, cinco millones de pesos (5.000.000) y así sucesivamente de acuerdo a la estructura de mando” (Excoronel Hugo Aguilar)

La cadena construye eslabones a lo largo de la ruta que va a Medellín, la cual inicia en las “Cocinas” donde se procesa la pasta, las cuales se encuentran en zonas bajo control de lo ilegal y legal, parecieran odiarse pero eso es solo un espejismo, ya que terminan haciendo negocios juntos, luego la carretera adquiere un valor sin igual ya que está en definitiva se encuentra bajo control estatal y al interior de esto, están quienes han torcido el camino y traicionado la Constitución, la Ley y por ende a los ciudadanos y ciudadanas que juraron proteger incluso con la vida, hablamos entonces de los servidores públicos que son los protectores del crimen, en últimas terminan siendo su nómina paralela.

En la ciudad la cadena encuentra un complemento necesario en quienes patrullan sus calles, no son todos los involucrados pero tampoco son pocos, ya la cadena los tiene identificados y trabajando arduamente en llevar a buen puerto lo que se compró en una zona de orden público.

Intereses que se mezclan en un solo propósito: El lucro

Cuando los compradores de la pasta de coca van a las cocinas o centros de acopio de la droga, siempre deben tener claro que deben ir con vehículos  acondicionados con caletas para poder transportar de manera “segura” la mercancía que debe salir de las subregiones donde se procesa es procesada, por ejemplo, el bajo  Cauca Antioqueño, donde la responsabilidad la asumen directamente los compradores.  Los grupos ilegales que tienen dentro de sus responsabilidades en la cadena de mando en el procesamiento y la distribución,  ofrecen dos opciones para el transporte de la droga hasta Medellín, epicentro del negocio del microtráfico y del macro tráfico.

Primera opción: Ingrese a la cadena y pague $100.000 por un “Cosito” (Kilo) de pasta, eso le permite que a lo largo del trayecto la nómina paralela de miembros de la Policía ejercerán “Protección” efectiva. El número de las placas la conocen todos los que están involucrados en la cadena, se requisa pero no se toca.

Segunda opción: Puerta a puerta, esta modalidad se ofrece para quienes transportan grandes cantidades, eso significa que algunos  miembros de la Policía que están “Untados” traen la mercancía a la ciudad y la entregan directamente en los centros de acopio.

Cuando la pasta de base de coca llega a la ciudad de Medellín es enviada a los “Cristalizaderos” del perico, los cuales se encuentran ubicados en el Valle de Aburrá o en las afueras, por ejemplo al occidente, de allí es enviada a más de 2000 plazas que están ubicadas en Medellín y su Área Metropolitana.

El precio de la droga

En las cocinas los grupos ilegales han impuesto a la fuerza un precio de $1.500.000 pesos para el kilo de pasta base de coca, estos a su vez la entregan a $2.200.000 pesos a los compradores, si estos ingresan a la “Cadena” de la protección oficial, dan $100.000 pesos extras, al llegar a la ciudad la entregan a un precio que oscila entre  $2.800.000, $2.900.000 y $3.000.000 de pesos a los cristalizaderos, de allí sale el producto entre $4.000.000 y $4.200.000, para luego ser distribuida a lo largo y ancho del Valle de Aburrá e incluso a otras subregiones de Antioquia.

Con la marihuana sucede algo parecido, las 60.000 libras de este alucinógeno que llega del Departamento del Cauca a Medellín, tienen también la “Cadena” de la protección oficial.

“Todos ponen para los positivos”

Para poder mantener bien lubricada la “cadena” y permitir la continuidad del negocio y la dinastía de la nómina paralela, es necesario que se generen positivos de decomisos, lo que permitirá que no se “Caliente” la nómina y, para ello cada cocina y cristalizadero deberá aportar un monto en droga, lo mismo ocurre con la marihuana, que debe decomisarse y publicitarse en medios para elevar los indicadores de efectividad de la fuerza pública en su lucha contra el narcotráfico.

Otra de las modalidades para tener tranquila la “Vuelta” es la de entregar cocinas o cristalizaderos que ya van a ser descontinuados, estos son cargados para que resulte un buen positivo.

¿Quién no está pagando?

Para la “Cadena” de la protección oficial (Nómina paralela) es muy importante que todos los que compran y transportan estén bajo su tutela y amparo, para esto realizan verificaciones permanentes de quienes podrían estar haciendo “Conejo”. Se averiguan placas y esos son los caídos del negocio.

Lo claro es que la cadena de la protección oficial al negocio del narcotráfico lleva muchas décadas funcionando, pareciera ser hereditaria, estos “Ingresos” ayudan a jubilar servidores públicos y estos a su vez le dejan el negocio a otro grupo que los reemplace.

Los que han sido “Pensionados”  son los encargados de abrir las puertas a quienes se quieran sumar a la “Cadena” y a su vez hacen el papel de filtros para evitar que se infiltren en ella.

Esto debe ser el asunto más importante a la hora de pensarse políticas serias de lucha contra el narcotráfico: Atacamos las pequeñas ollas del narcotráfico y la mostramos como un gran triunfo o develamos y desmantelamos las estructuras que anteriormente se denominaban carteles que se han tejido y plegado alrededor de esta cadena en la cuales están implicado grupos poderosos que hacen parte del eslabón principal de la misma y en la cual están implicados un sector de miembros de la fuerza pública, capital privado, mafias y paramilitares.

Ejemplos de la participación de servidores públicos en la cadena de la protección oficial al crimen

Según informó una fuente judicial a Aanalisisurbano.com.co hace cuatro años aproximadamente una investigación interna de la Fiscalía General de la Nación encontró que algunos agentes del CTI adscrito a la unidad que realiza la inspección técnica de cadáveres e investigación de las causas que rodean cada asesinato, utilizaron los vehículos  que sirven como necromóviles para transportar droga en el Valle de Aburrá.

Este caso al parecer fue conocido posteriormente por la Fiscal General de la Nación Vivian Morales quien se había posesionado en enero de 2011, de inmediato ordeno una investigación minuciosa del caso y envió investigadores desde Bogotá, apenas se retira la señora Fiscal General Morales, en el año 2012, extrañamente el caso es archivado y la gente comprometida en el presunto ilícito solamente fue trasladada de la unidad en la que trabajaban hacía otras unidades. El caso quedo en la impunidad. También se han conocido casos donde militares del Ejército Nacional de Colombia son capturados en flagrancia en el momento en que transportan droga.

El caso del General Santoyo, General Pedreros, General Buitrago, Coronel Danilo González, Mayor Manrique, Mayor Largo y Teniente Villegas, entre otros ha mostrado hasta la saciedad que uno de los eslabones de la cadena más importantes es el Cartel de los oficiales.

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