México, 17 septiembre.– La ocupación feminista de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México cumplió este jueves 14 días inmersa en sus horas más convulsas, ya que una de las supuestas lideresas de la protesta, Yesenia Zamudio, decidió abandonarla entre acusaciones de manejar ilícitamente los recursos recibidos.
Zamudio compartió este miércoles un video desde dentro de la sede de la CNDH donde reprochaba el comportamiento de las feministas más radicales, del Bloque Negro, a las que acusaba de no facilitar la convivencia a las víctimas y familiares del colectivo «Ni una menos» que ella decía representar.
En ese mismo video se oían ya acusaciones cruzadas por el manejo del dinero, los alimentos y los medicamentos que la comunidad está llevando al edificio de la CNDH para abastecer tanto a sus ocupantes como a mujeres y familias vulnerables que lo solicitan.
Horas más tarde, en la noche del miércoles, Bloque Negro emitió un comunicado desligándose «de cualquier acción o discurso de Yesenia Zamudio» a la par que pedían unidad para seguir adelante con la reivindicación feminista.
CORDIALIDAD EN LA SEDE
«A pesar de las declaraciones que ustedes han visto, se ha tratado, al menos de nuestra parte, de llevar todo esto cordialmente. Porque aquí no es la situación de desunión, sino al contrario, que todas estemos unidas para un mismo propósito», aclaró este jueves a Efe Érika Martínez, cabecilla de la ocupación.
Martínez estaba acusada por Zamudio en el video de acumular para su provecho donativos para la causa feminista en una cuenta particular, un hecho que ella misma negó y que dijo demostrará.
«Nosotros no tenemos ningún problema, respetamos las decisiones de las demás y aquí seguimos en pie de lucha», insistió junto a la puerta de la CNDH.
Varias representantes de los colectivos ocupas se reunieron este jueves, por segunda vez desde que tomaran el edificio, con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y otras autoridades, un encuentro al que las feministas acudieron sin más información de los temas a tratar.
«Esperemos que la señora Olga Sánchez Cordero reciba a las familias como así lo habíamos acordado de un principio», expresó Martínez, quien descartó que les fueran a solicitar «la desocupación de este edificio».
«Ya está funcionando como un albergue para muchas de las chicas y muchas de las familias. Bueno, ya este es un edificio icónico por todo lo que ha pasado», consideró.
CAMINOS SEPARADOS
Las integrantes del colectivo «Ni una menos» y Yesenia Zamudio -cuya hija fue asesinada en 2016- acudieron también a la cita con Gobernación, aunque lo hicieron en vehículos separados del resto de feministas.
Zamudio hizo acto de presencia en la sede de la CNDH para llegar a la dependencia ministerial junto a sus compañeras de movimiento, un momento que aprovechó para aclarar ante la prensa que no es «la líder de nada», sino que «da la cara» como vocera de Ni una menos en Ciudad de México.
«El dinero no se está yendo más que a los gastos de las familias. El dinero que están pidiendo no es para colectivas feministas, estamos pidiendo a las colectivas que nos apoyen, y en verdad a la sociedad civil que nos apoyen, para todas estas familias», enfatizó.
Después de hacer estas declaraciones, puso rumbo a la reunión en un minibus con el resto de sus compañeras, que horas antes habían emitido un comunicado asegurando que no tenían «ni diosas ni lideresas» y que Zamudio no era su «dirigente».
MOVIMIENTO POR TODO EL TERRITORIO
A lo largo de todo el país, en el que el año pasado se registraron 34.608 homicidios dolosos y 1.012 feminicidios (asesinatos por razón de género), se han ido sucediendo las muestras de solidaridad con las activistas que mantienen tomada la CNDH capitalina.
El pasado viernes, varias mujeres tomaron la sede de la comisión de derechos humanos del central Estado de México, en el municipio de Ecatepec, una acción replicada el lunes en el occidental Guerrero.
Además, se han registrado protestas y tomas simbólicas en otros estados como Aguascalientes, Michoacán, Veracruz y Puebla.
«Todas mis hermanas, las colectivas nacionales, nos siguen acuerpando (apoyando), así como el bloque nos ha acuerpado a todas. Las feministas, las verdaderas feministas», expresó la activista Guillermina en la sede capitalina de la CNDH.
Guillermina aseguró que «en 40 años luchando por los derechos de las mujeres» hubo muchas «Yesenias en el camino», pero que «cuando la colectiva o el deseo es legítimo, continúa».
«Aquí seguimos, porque la lucha sigue. Al final la lucha no es Yesenia, somos todas», reflexionó.
EFE