Washington, 18 Septiembre.– El plan del Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, para abrir a la explotación minera las tierras de indígenas en la jungla amazónica podría afectar más de 863.000 kilómetros de foresta y dañar la economía de Brasil, según un estudio científico publicado este viernes.
El equipo investigador internacional, encabezado por Juliana Siqueira Gay, de la Universidad de Queensland (Australia), advirtió que la propuesta de Bolsonaro para la actividad económica en tierras reconocidas como de los indígenas en la Amazonía, tendrá un costo.
«Los territorios indígenas de Brasil son increíblemente valiosos en términos sociales, ecológicos y económicos», señaló Siqueira, que agregó que «constituyen una categoría única de áreas protegidas que cubre 1,2 millones de kilómetros cuadrados, o el 23 %, de lo que se reconoce legalmente como la Amazonia».
Los investigadores, que trabajaron tanto en Brasil como en Australia, hicieron cálculos sobre los datos existentes y revisaron posibles sitios para la explotación minera, cuantificando las amenazas que la minería supone para los bosques y sus ecosistemas.
Según la investigadora, el Gobierno de Brasil «quiere capitalizar este valor promoviendo la economía mediante la extensión de la minería».
Esta política, presentada en febrero pasado por el Gobierno de Bolsonaro, «podría llevar a pérdidas de millones, si no de miles de millones de dólares cada año», dijo Siqueira.
La pérdida sobre la cual advirtió este grupo de científicos se relaciona principalmente con los efectos de la producción de caucho, maderas y de la llamada castaña, nuez o coco de Brasil (Bertholletia excelsa) y el incremento del daño al ecosistema que mitiga las emisiones de gases que calientan la atmósfera.
Este conjunto de activos ecológicos genera para Brasil un beneficio de 5.120 millones de dólares y «simplemente, no tiene sentido financiero destruir algo tan valioso», afirmó Siqueira.
«Las cifras -añadió- son asombrosas. Resulta claro que gran parte de la Amazonía está amenazada por esta propuesta, incluida la conservación de ecosistemas extremadamente raros y la increíble diversidad de grupos indígenas y sus culturas».
Si se abrieran para la explotación los 4.600 yacimientos minerales conocidos que están ubicados afuera de las áreas protegidas resultarían afectados unos 698.000 kilómetros cuadrados de foresta.
«Pero con la aprobación de esta propuesta, el área afectada podría crecer en un 20 % hasta los 863.000 kilómetros cuadrados», agregó la investigadora.
Laura Sonter, quien colaboró en el estudio, dijo que «si el Congreso aprueba el proyecto de ley de Bolsonaro habrá una cascada de efectos negativos, tanto dentro de Brasil como internacionalmente».
«Estas tierras son el hogar de 222 grupos indígenas, con más de 644.000 familias que viven en comunidades tradicionales y hablan 160 idiomas», aseguró la investigadora, que indicó que «más allá de los costos económicos para la nación, se alterarán permanentemente las vidas de las comunidades indígenas y habrá impactos ambientales significativos».
EFE.