En medio de un reporte al veedor de la Policía que investigaba el caso de brutalidad policial, el patrullero Juan Camilo Lloreda aseguró que Javier Ordóñez «se golpeó solo» contra las paredes del CAI de Villaluz, en la capital del país, en la madrugada del pasado 9 de septiembre.
Lloreda relata al veedor Armando Vergara el momento de la detención de Ordóñez en la localidad de Engativá: «Ese muchacho estaba ahí y había un grupo como de 8 o 9 personas y que ese señor siempre llegaba a buscar ‘miercolero’, que siempre llegaba borracho y que ya le habían pegado un puño, me dijo uno de los que dijo: ‘no, si yo vi la pelea desde el principio, y eso le pegaron un puño y lo acostaron, y se paró como si nada’”.
Ante la pregunta de quién había aplicado las descargas de ‘taser’ sobre la víctima, Lloreda respondió: «Yo, pero no se lo puse en el pecho; se lo puse en la paleta. En la paleta yo se lo puse varias veces de apoyo, pero en las piernas sí creo que fue que se lo activé y en la espalda. Porque sí, o sea, lo que le digo, uno no es tan salvaje, no le apunta ni a lo que es el cuello, la cabeza, los genitales, zonas que usted sabe de verdad le puede afectar».
Frente a las súplicas de Ordóñez, el policía dio su versión: «Cada vez que yo le ponía el ‘taser’, o sea se lo ponía en el cuerpo solo y no se lo accionaba, como para que supiera que se lo iba a poner (inaudible), le decía: ‘mano a la espalda, mano a la espalda, mano detrás, déjese esposar, déjese esposar’. Y, cuando él dijo: ‘ya no más’, fue cuando yo le dije: ‘entonces déjese esposar viejo, déjese esposar». O sea, fue en todo momento para esposarlo y, lo que le digo, en mi criterio él estaba bajo los efectos de alguna sustancia porque para que no le pegara contacto los dos cartuchos del ‘taser’ y no pudiéramos nosotros dos a fuerza esposarlo. Ese man tenía mucha fuerza y estaba bajo algo».
Luego, con respecto a lo que supuestamente sucedió en el CAI del barrio Villaluz, contó: «Se pegaba en la cabeza, entonces ahí fue donde yo decidí no cogerlo más, yo dije: ‘después va y dice que en el CAI fue que lo volví nada’. Hicimos videos de cuando se estaba pegando. (…) A esa hora no había nadie por ahí para decir que nos grabó cuando los ingresamos al CAI a golpearlo (inaudible), a esa hora no había gente para decir: ‘ay sí, los policías lo golpearon’ y, lo que le digo, ya esa época en la que usted repartía ‘leña’ y no pasaba nada, ya pasó de moda, ya uno tiene que ser muy profesional en este procedimiento».
De otro lado, en medio de la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento este domingo ante el Juzgado 29 de Control de Garantías de Bogotá, el fiscal 94 de Derechos Humanos expuso la manera en que habría sido agredido Ordóñez, según lo referido por el testigo Wílder Salazar, amigo de la víctima: «Lo empujan y cae boca abajo entre el baño donde estoy. Lo levantan y le pegan al frente mío. Le pegan en la parte de atrás de la rodilla y cae, se pega en la cabeza con el ‘locker’ metálico de color gris, cae y queda en posición fetal. Yo digo: ‘por favor no le peguen más que él ya está reducido».
Y también expuso el delegado del ente acusador la necropsia de Ordóñez, destacando que tenía un alto estado de embriaguez, pues arrojó grado tres de alcoholemia, pero dejó en claro que no se le encontró rastro de sustancias estupefacientes.
Tomado de El Heraldo
