Lima, 2 octubre.– Aunque la epidemia de la COVID-19 ha entrado en una fase de descenso en Perú, las autoridades sanitarias del país se preparan para una «altamente probable» segunda ola, similar a la que ya se presenta en Europa, que atribuyen al comportamiento de la población y la aplicación de medidas de desconfinamiento.
El viceministro peruano de Salud Pública, Luis Suárez, presentó este viernes un plan de preparación y respuesta frente a una posible segunda ola en Perú, el país con mayor tasa de mortalidad en el mundo y el sexto en casos detectados de la epidemia.
Aunque Suárez dijo que los expertos no pueden asegurar que otra ola epidémica «va a ocurrir así», remarcó que para él «es altamente probable» que se presente.
«Podría calificarlo como altamente probable, pero depende de la población susceptible que tengamos en el país, mientras tengamos población sin anticuerpos y exista el virus en el mundo existe el riesgo de una nueva ola pandémica», enfatizó.
SITUACIÓN EN EUROPA
El viceministro remarcó que «el comportamiento de las grandes epidemias es impredecible», por lo que Perú está tomando todas las previsiones tras ver «lo que está sucediendo en Europa».
«Cuando ellos tuvieron la primera ola y empezó a disminuir rápidamente nadie sabía lo que iba a pasar», indicó antes de detallar que los expertos peruanos revisan permanentemente los boletines epidemiológicos europeos y «lo que pasa en todo el mundo».
Explicó que cuando los epidemiólogos detectan que un fenómeno se repite en varios países, eso significa que los «determinantes y causas que están detrás de esto son comunes».
Comentó, en ese sentido, que el nuevo incremento de los casos en países europeos como España y Francia se atribuye «al comportamiento de la población y a haber tomado medidas de desescalamiento muy rápidos».
ESTADO DE ALERTA
Ante estas experiencias internacionales, las autoridades sanitarias peruanas remarcan que su misión es «estar alerta sobre lo que pueda pasar», ya que se estima que una segunda ola puede presentarse en el país hasta en un plazo de seis meses.
El director del Centro Nacional de Epidemiología, Luis Rodríguez, informó que ante la disminución de los casos en el país, se busca determinar cuántas personas aún pueden contagiarse.
«Para nosotros ese valor de personas susceptibles todavía se está especulando», señaló antes de decir que un estudio de prevalencia determinó que el 75 % de los 10 millones de habitantes de Lima no se ha contagiado, «pero en el resto del país probablemente eso sea menor».
El especialista dijo que también se debe considerar «el comportamiento de la población ante la liberación de las medidas restrictivas», aunque la posibilidad del uso de una vacuna en los próximos meses disminuirá la posibilidad de una segunda ola.
«Lo que sí va a ocurrir es que tengamos pequeños picos, ya que tenemos poblaciones a las que la enfermedad ha llegado en pequeña escala aún», acotó.
MENOS CASOS, MENOS PRUEBAS
Por otra parte, el viceministro Suárez aseguró que en su país se están tomando menos pruebas moleculares para detectar la enfermedad ante la disminución de los casos que llegan a los centros médicos.
«Si han disminuido las pruebas no es porque se haya dado ninguna indicación, si no porque están disminuyendo los casos sospechosos que llegan a los hospitales», remarcó en respuesta a las críticas que se han presentado en los últimos días ante la menor cantidad de pruebas moleculares que se procesan diariamente.
Suárez dijo que «hacer pruebas aleatorias en la población (que no se ha contagiado) no tiene sentido» y reiteró que Perú está «en fase de descenso de la epidemia».
Consideró, en ese sentido, que «es posible» que en las próximas semanas se llegue «a un estado de muy baja transmisión que no se pueda detectar».
Ante esa circunstancia, el personal sanitario tendrá que estar preparado «para detectar cualquier caso», para de inmediato «tomar decisiones y evitar que pueda haber una propagación al resto del país», sostuvo.
INFRAESTRUCTURA INSUFICIENTE
El viceministro admitió que Perú tiene una «infraestructura hospitalaria muy deficiente», ya que cuando comenzó la pandemia, en marzo pasado, se contaba solo con 300 camas de cuidados intensivos en todo el país, las que ahora se han incrementado a 1.800.
«La magnitud de la pandemia fue tan grande que en muchas regiones superó la capacidad de atención, y lo mismo pasó en muchos países del mundo», comentó.
Ahora, ante el descenso de la enfermedad, «comienza a aparecer una mayor capacidad de atender a los pacientes», dijo antes de asegurar que «la gran lección aprendida» es que su país necesita mejorar su capacidad hospitalaria y de atención primaria, así como incrementar sus laboratorios y formar más epidemiólogos.
«Se necesita invertir en salud muchísimo, con una mirada al futuro, tenemos que estar preparados para todo tipo de emergencia», remarcó.
Los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud señalan que Perú ha bajado la barrera de los 100.000 casos activos, ya que estos llegan actualmente a 95.234, de un total de 818.297 infectados desde que se detectó el primer infectado, el pasado 6 de marzo.
De ese total, ya son 690.528 las personas que se han recuperado y otras 32.535 han fallecido, mientras que 7.511 pacientes aún están hospitalizados, 1.353 de ellos en unidades cuidados intensivos.
David Blanco Bonilla
EFE