París, 15 de marzo de 2022.- Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que cometieron los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint Denis, negó este martes en el tribunal que juzga el caso haber participado en los preparativos de los ataques.

En un tenso interrogatorio, que le llevó a enfrentarse al presidente del tribunal, el acusado, sobre el que pesa la posibilidad de cadena perpetua, admitió haber transportado a personas procedentes de Siria en los días previos a la masacre que costó la vida a 130 personas, pero negó conocer las intenciones de los mismos.

Abdeslam, vestido con camisa de cuadros y cuyo rostro ocultaba una mascarilla negra, rechazó además dar la identidad de las personas que transportaba ni el nombre de los que le encargaron ir a buscarlos.

«Sin comentarios», respondió cada vez que el presidente del tribunal le pidió identidades: «Son personas que ya no están entre nosotros, pero no voy a traicionarles».

«Eran mis hermanos en el Islam. Vivían en una zona de guerra. Estaba el régimen de Bachar al Asad, estaba Vladímir Putin. Gente que combatía contra el Islam. Y el profeta nos prohíbe abandonar a nuestros hermanos», agregó.

Admitió el alquiler de varios vehículos, que los investigadores han demostrado que hicieron viajes a Budapest en los últimos días de agosto y principios de septiembre de 2015, aunque solo confesó haber hecho algunos de esos trayectos.

Aseguró que acudió a Budapest a buscar a personas «como hoy hay gente que va a la frontera con Ucrania», pero en todo momento negó conocer la planificación de ningún atentado.

Una a una, fue negando las acusaciones de los investigadores, que fueron situando a Abdeslam en diferentes momentos de la preparación de la masacre, a través de los vehículos que alquiló, sus teléfonos o su propia presencia en lugares donde se sospechaba que se preparaban atentados.

«Castillos de naipes», respondió el acusado, quien aseguró que su negativa a «delatar a nadie no justifica que se (me) cargue todo».

EFE

Share.