ACNUR: el mayor peligro de la crisis global de desplazados «es que ya no los percibimos»

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El mayor peligro para el mundo de la crisis global de personas desplazadas y refugiadas -unas 20 millones que se han visto forzadas a abandonar sus hogares a causa de conflictos- es que se trata de "una multiplicación de crisis" de tal calibre "que ya no los percibimos". Así lo relata en una entrevista a EFE en El Cairo Raouf Mazou, el asistente de operaciones del Alto Comisionado de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), el máximo responsable de las acciones sobre el terreno del organismo.EFE/ María Morales

El Cairo, 8 de noviembre de 2024.- El mayor peligro para el mundo de la crisis global de personas desplazadas y refugiadas -unas 20 millones que se han visto forzadas a abandonar sus hogares a causa de conflictos- es que se trata de «una multiplicación de crisis» de tal calibre «que ya no los percibimos».

Así lo relata en una entrevista a EFE en El Cairo Raouf Mazou, el asistente de operaciones del Alto Comisionado de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), el máximo responsable de las acciones sobre el terreno del organismo.

«Lo que está pasando que ofrece el mayor peligro para el mundo, para la gente, es que es una multiplicación de crisis que ya no se percibe que son crisis. Ya no percibimos que hay gente que se está encontrando a sí misma en esta institución del desplazamiento. Diría que globalmente, este es el mayor problema», aseveró Mazou en los márgenes del Foro Global de Urbanismo (WUF12) que se desarrolla en la capital egipcia.

En ese sentido, reclamó que la opinión pública global tiene que darse cuenta de esta emergencia que está sucediendo «y que necesita atención».

«Así es importante que continuemos siendo conscientes de todas las crisis que tenemos, que continuemos respondiendo, ya sea en Polonia con los ucranianos, o en Líbano, o Siria o Sudán (…) Lo segundo es entender que la asistencia humanitaria es solo parte inicial de la respuesta, que se hace para que éstas personas puedan vivir una vida normal», afirmó.

Sudán como ejemplo

Mazou se refirió explícitamente a Sudán, donde en poco más de año y medio de conflicto, «hay 11 millones de desplazados, unos 8 internos y 3 que se han desplazado a países vecinos».

«Esos son números muy, muy serios, que llegan a una región que ya ha sido afectada por conflictos», dijo al recordar que los primeros que están recibiendo el flujo de desplazados y refugiados son países como Chad, Sudán del Sur o Etiopía, que son todos «países frágiles» con sus propios y ya gravísimos problemas.

 Mazou afirmó que el segundo mayor problema para la ACNUR es «movilizar los recursos necesarios para dar la asistencia requerida, para lo que hemos tenido dificultades».

Respecto a Sudán, la agencia de la ONU solo ha recibido el 30 % de los fondos requeridos sólo para atención a los refugiados.

 «Tenemos alrededor de 20 millones de desplazados o refugiados por todo el mundo. El número es enorme. Y la capacidad del mundo para dar asistencia humanitaria es limitado», lamentó.

«Y la otra cosa es lo que algunos llaman fatiga del donante. No sé si es la palabra correcta, pero hay partes del mundo dónde si has tenido conflictos crónicos por un largo periodo, y hablas de eso, la gente está simplemente aturdida, no reaccionan, no ven dónde está el tema», afirmó.

Mazou también se refirió a crisis como las de Líbano, «extremadamente compleja» que une a millones de desplazados internos a causa de los bombardeos israelíes con refugiados palestinos y sirios, de los que casi 500.000 personas han regresado a su país de origen .

Respecto a Gaza, cuyos trabajos de ayuda corresponden a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, en inglés), el alto funcionario de ACNUR indicó que para el futuro del enclave palestino y sus cientos de miles de refugiados lo mejor es «reconocer y seguir reconociendo» el papel fundamental de la UNRWA para atender esa crisis.

«Lo siguiente es seguir pidiendo el fin de las hostilidades y que pare el sufrimiento. Claramente es una parte del mundo en que ha habido un sufrimiento extremo de la población (…) Todo el mundo es testigo, tiene que parar», añadió.

Álvaro Mellizo

EFE