Con el cierre de la fase de alistamiento con la población afrocolombiana y la formulación del plan de acciones con los habitantes campesinos, continúa la implementación de la ruta de reparación colectiva del corregimiento Fraguas (Machuca) para superar los daños del conflicto armado.
Tras varias jornadas de trabajo con las profesionales de la Unidad para la Atención y Reparación Integral, las comunidades afrocolombianas El Cristo, El Cenizo y Machuca lograron terminar el alistamiento, en el que se capacitaron sobre el programa de reparación colectiva en sus cinco fases (identificación, alistamiento, caracterización del daño, formulación e implementación) y sus derechos étnicos.
Uno de los logros fue integrar un grupo de apoyo diverso con representantes de líderes sociales, jóvenes, mujeres y guías espirituales y botánicos, cada uno con roles para orientar el proceso de resarcimiento de la población y el territorio golpeados por la violencia.
Así lo destacó el líder comunal Jhon Jairo Robledo: “Muy contentos de cerrar esta etapa porque nos va a permitir empezar la fase de consulta previa como mecanismo de participación, que nos garantizar hacer concertaciones con las entidades para construir un buen plan de reparación”. Además, reconoció que el alistamiento comunitario “nos dio confianza porque nos volvimos a reunir como comunidades negras para incidir en este proceso para beneficiarnos con los proyectos y procesos sociales”.
La tenencia de las tierras ancestrales, la recuperación de tradiciones culturales y mejoras en la educación son algunos de las principales propuestas que plantearán en las fases siguientes para identificar las secuelas de la violencia y definir medidas de reparación.
Con enfoque campesino
Los campesinos que habitan en el corregimiento Fraguas también avanzan con la primera de las jornadas de la fase de diseño y formulación de su plan de reparación colectiva, que se proyecta concluya al finalizar este año.
Un total de 45 personas de la comunidad, entre ellos integrantes del Comité de Impulso y los líderes capacitados como tejedores para la reconstrucción del tejido social, diseñaron la agenda de trabajo y validaron los daños al territorio, sus organizaciones sociales, al autorreconocimiento y prácticas comunitarias por la disputa entre grupos armados ilegales.
Con la orientación de profesionales de la estrategia Entrelazando y del grupo de reparación colectiva iniciaron el diseño de las acciones reparadoras desde las medidas de satisfacción, garantías de no repetición de hechos victimizantes, rehabilitación y restitución, incluyendo el enfoque psicosocial.
Las voces son de optimismo. Al finalizar la jornada un líder campesino señaló “estamos muy contentos de que este año podamos terminar de planear nuestro plan de reparación colectiva y recuperar nuestras prácticas y la economía con proyectos piscícola porque aquí el pescado se vende mucho”.
Por su parte, un joven resaltó que “por fin vamos a tener dotación para nuestros equipos de fútbol y vamos a hacer ciclovía y una escuela de jóvenes. Gracias por incluir a los jóvenes en el plan”. Las mujeres también están representadas y una de ellas afirmó su optimismo hacia el futuro «al ver las mujeres cabeza de familia apoyando la construcción de este plan, porque las huertas caseras nos ayudan para nuestro consumo y el intercambio; además de ir recuperando la tierra”.
Según Wilson Córdoba Mena, director de la Unidad para la Reparación a las Víctimas en Antioquia, la implementación de los planes de reparación colectiva con estos dos sujetos (comunidades negras y campesinas) “debe ayudar a resarcir los derechos de estas comunidades con un enfoque diferencial según los decretos étnicos de la Ley 4633 de 2011) y avanzar con su reparación y proyectos de vida que en el pasado se truncaron por los hechos victimizantes que no deben repetirse”.
Los pobladores de este corregimiento sufrieron masacres, homicidios selectivos, desplazamientos forzados, confinamientos, perdida de bienes y atentados terroristas de la guerrilla, el más grave la voladura del oleoducto por parte del ELN en 1998 que causó la muerte a 84 personas y lesiones graves a más de 50 habitantes.
