Antioquia enfrenta hoy una agudización de la crisis del conflicto armado. Territorios como el Bajo Cauca, Nordeste y Norte del departamento viven en un campo de batalla que deja en medio a la población civil y víctimas entre ellas líderes sociales. Allí, en lo que va corrido del año se han asesinado sistemáticamente 12 líderes, crímenes que son pactados por doscientos mil pesos.
La alerta es del Nodo Antioquia, que en un comunicado hizo el llamado para que se busquen caminos reales que conduzcan a la paz con garantías para quienes piensan distinto, quienes sueñan un mejor país y para quienes la apuestan a la vida digna.
Las distintas organizaciones sociales que hacen parte del Nodo Antioquia de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos y el Proceso Social de Garantías para la Labor de Líderes/as Sociales y Defensores/as de Derechos Humanos, hacen un llamado en el escrito para que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, los Caparrapos, las disidencias de las Farc, el Eln, el Ejército Nacional y el Estado colombiano cesen la guerra en los territorios rurales y respeten la vida y la integridad de quienes día a día construyen un camino hacia la paz.
Este es la transcripción del comunicado:
“Llamamiento por la Vida y la Paz en el Bajo Cauca. La vida de los líderes vale más que 200 mil pesos”.
“Antioquia, uno de los territorios que más ha padecido la violencia en el país, enfrenta hoy una agudización de la crisis del conflicto armado. Territorios como el Bajo Cauca, Nordeste y Norte del departamento viven en un campo de batalla que deja en medio a la población civil y víctimas entre ellas líderes sociales. Allí, en lo que va corrido del año se han asesinato sistemáticamente 12 líderes, crímenes que son pactados por doscientos mil pesos.
Hoy las distintas organizaciones sociales que pertenecemos al Nodo Antioquia de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos y el Proceso Social de Garantías para la Labor de Líderes/as Sociales y Defensores/as de Derechos Humanos, hacemos un llamado a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, a los denominados Caparrapos, a las disidencias de las FARC, al Ejército de Liberación Nacional ELN, Ejército Nacional y al Estado colombiano a cesar la guerra en los territorios rurales, a respetar la vida y la integridad de quienes día a día construyen un camino hacia la paz.
Les exigimos respetar la vida de las comunidades, cesar toda acción contra la población y los responsabilizamos de los homicidios de: Berver Víctor Velásquez Vitola, Julio Urango, Víctor Alfonso Zabala Oviedo, Jorge Miguel Polanco, Leonedis Sierra, Ana María Cortes Mena, Robert Emiro Jaraba Arroyo, Alfredo Alonso Ruiz Higuita, José Enrique Monsalve Giraldo, Norberto Alonso Gutiérrez Ramírez, Yturiel Pérez Benítez, todos contra los líderes sociales, además los responsabilizamos de cualquier hecho que ocurran contra la población.
Rechazamos todos los actos violentos cometidos en cada el Bajo Cauca antioqueño, rechazamos las amenazas, intimidaciones en contra de los líderes y lideresas, así como los desplazamientos forzados que ya superan la cifra de los 4.200 y que victimizan nuevamente a estas comunidades golpeadas por todas las formas de violencia.
El llamado es no inmiscuir a los civiles en el desarrollo del conflicto, se respeten los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, la permanencia de las comunidades en los territorios y la autonomía de las mismas.
Instamos al gobierno nacional a que haga una presencia integral en estas zonas rurales históricamente olvidadas, no solo con fuerza pública sino con garantía de los derechos fundamentales y el disfrute de los mismos.
Llamamos a que se busquen caminos reales que conduzcan a la paz con garantías para quienes piensan distinto, quienes sueñan un mejor país y para quienes la apuestan a la vida digna”.
