Kigali, 6 feb – Al menos 16 ruandeses han muerto en la frontera entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC) en «ataques recientes» efectuados desde el este del territorio congoleño, informó este jueves el ministro ruandés de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Olivier Nduhungirehe.
En una reunión con diplomáticos acreditados en Kigali, Nduhungirehe precisó que el distrito de Rubabvu, fronterizo con la ciudad congoleña de Goma, tomada la pasada semana por el rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), sufrió «ataques deliberados» que causaron la «trágica pérdida de 16 vidas ruandesas y heridas a 161 civiles».
El jefe de la diplomacia ruandesa, que condenó «el silencio internacional ante tales atrocidades», no culpó expresamente a nadie aunque suele atribuir estos ataques al Ejército congoleño y sus milicias aliadas, que combaten al M23.
El ministro recordó que Ruanda propone «conversaciones directas» entre el Gobierno de la RDC y el M23, supuestamente apoyado por Kigali, para abordar las causas de la crisis con miras a «resolverla de una vez por todas».
Nduhungirehe aseguró tener pruebas descubiertas recientemente de que «los objetivos de combate no se limitaban a derrotar al M23, sino también a atacar a Ruanda»
«Ruanda -advirtió- no esperará a que se materialice la amenaza. Por eso, mantendremos medidas defensivas en la frontera para evitar cualquier propagación y responder adecuadamente».
El ministro reiteró que Ruanda está «comprometida con la paz y una solución política al conflicto».
El M23 tomó este 27 de enero Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, tras días de intensos combates con el Ejército de la RDC y que han provocado casi 3.000 muertos y cientos de miles de desplazados, según la ONU.
La ofensiva del M23 -grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- ha incrementado la tensión con la Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa a Kigali de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.
Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración también corroborada por las Naciones Unidas.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU en el país (Monusco).
EFE
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