Los pobladores de zonas aledañas al río Cauca, el segundo más importante del país, están de nuevo en alerta. Hace tres meses padecieron los rigores generados por Empresas Públicas de Medellín, EPM, que dejó el afluente en su nivel más bajo, por el cierre de la compuerta número uno de Hidroituango al detectar nuevas fallas en su estructura. Un procedimiento que generó una tragedia ambiental, social y económica al punto que dejó durante varios días a más de 60.000 personas sin el servicio de agua potable.
Apenas se están reponiendo de la afectación y de nuevo pueden ser víctimas de otro desarrollo industrial. Ahora, por una decisión oficial, se inició el estudio a la modificación de una licencia que la compañía canadiense Continental Gold Sucursal Colombia, solicitó y que le permitirá depositar aguas residuales en el río Cauca, producto de la explotación aurífera que hace a gran escala en la región.
El asunto se originó en una reciente determinación de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, Anla, que dio vía libre al trámite para la modificación de la licencia ambiental del Proyecto Aurífero Buriticá. Esta había sido otorgada a la sucursal en Colombia de la empresa extranjera en el año 2002 por la Corporación Autónoma Regional de Centro Antioquia-Corantioquia y modificada en 2016 y 2017 por la misma Anla.
La multinacional pretende, mediante solicitud radicada el 26 de marzo por Omar David Ossma Gómez, uno de sus representantes legales, instalar una nueva infraestructura, arreglos en la planta de beneficio del proyecto minero, instalación de tubería, autorización de un nuevo punto de vertimiento de Aguas Residuales Domésticas en el río Cauca, eliminación de un punto denominado La Tesorero y el permiso de un área para la exploración subterránea y aumento en la concesión de aguas de drenaje de la mina. Una obra con la que pretende incrementar la producción de oro en el país, ubicada a solo 72 kilómetros de Medellín.
Una petición que tiene letra menuda, ya que aunque parece una modificación simple de la licencia, hay dos puntos que empiezan a preocupar a la comunidad. El aumento de la concesión de aguas de drenaje de mina, hasta un total de 100 litros por segundo y la autorización de un área para la exploración de aguas subterráneas mediante la excavación de nuevos pozos profundos.
Trámite que avanza, pese a la inconformidad de los habitantes de la vereda Higabra, del municipio de Buriticá, Antioquia. Allí, sus pobladores afirman que desde la llegada de Continental Gold, cambió su realidad rural, pues pasaron de tener parcelas agrícolas productivas y ganadería a depender de la actividad minera. Argumentan, que esa actividad ha traído más discordia que beneficio a la población. Advierten además, que es evidente el daño ambiental reflejado en la deforestación y en la reducción de sus recursos hídricos porque varias quebradas de la región ya se secaron.
Pero la inconformidad no es solo de los habitantes de la zona que se dedican a actividades agrícolas. Los mineros artesanales también tienen sus reparos. Desde hace varios años cerca de 6.000 fueron desplazados de su actividad por el ingreso de la multinacional. De hecho, en noviembre de 2013, se agruparon junto con sus familias para protestar por la prohibición de seguir con la búsqueda de oro artesanal que por décadas explotaron sus antepasados.
Una situación que se repitió en abril de 2016 cuando 1.300 policías y 300 soldados desalojaron a la fuerza a los mineros informales y los obligaron a salir de sus socavones. En su momento, las autoridades advirtieron que estaba desmantelando la minería criminal del denominado Clan Úsuga. Un señalamiento que los campesinos de la zona negaron enfáticamente. “Hace años los grupos armados nos obligaron a salir de la zona, ahora el gobierno nos desplaza porque somos mineros y dicen que somos ilegales”, manifestó, Carmen Castro.
Los cuestionamientos frente a la multinacional no son de poca monta. En 2015, se reprochó el hecho de que la compañía canadiense hubiese financiado el estudio que soportó el Esquema de Ordenamiento Territorial, EOT, del municipio de Buriticá, pues en este se proponían cambios en el uso del suelo y el principal interesado era precisamente Continental Gold. Al respecto, las autoridades locales señalaron en su momento que el estudio se hizo técnicamente y a conciencia.
Según registros mineros, la empresa norteamericana, entre 1990 y 2007 adquirió un paquete significativo de títulos y de tierras en la zona de Buriticá, municipio ubicado en el nordeste antioqueño. Tres años después ya cotizaba en la bolsa de Toronto y los predios ascendieron a 18.000 hectáreas. En 2013, según reporto el Instituto de Capacitación Popular, IPC, llegó a 59.095 hectáreas. Al respecto, la compañía informó en su momento que el proyecto Buriticá, se componía de 15 concesiones mineras registradas y 30 en proceso y argumentó la legalidad de sus actuaciones. Hoy posee el 100% del proyecto, considerado el más importante en materia aurífera de país.
Aunque en su mayoría los procesos de la compañía son seguros, aún se recuerda, un incidente en abril de 2012, cuando se conoció que luego de un amparo administrativo en el que hacían trabajos de voladura de una bocamina, quedaron atrapados cerca de 150 trabajadores de la mina El Platanal, que en su mayoría fueron rescatados, pero que dejaron víctimas y procesos ante la justicia. Un año después, la autoridad ambiental del departamento, Corantioquia, sancionó a Continental Gold por contaminar las aguas del municipio de Buriticá con plomo y cianuro.
Con estos antecedentes, se tramita la reciente modificación a la licencia ambiental. La nueva obra comprende también arreglos en El Platanal, Rampa Sur y refacciones en la Planta de Beneficio. Entre los cambios propuestos está una oficina de obras civiles de 133m2 a la que se accederá por la vía Higabara. Además, una infraestructura de concretos y shotcrete, es decir, una planta dosificadora y otra mezcladora, con un área de 581 m2; un taller de obras civiles de 223 m2, un área de almacén de 1.231 m2, entre otras construcciones nuevas.
Sin embargo, lo que más preocupa a la comunidad es lo concerniente al vertimiento de aguas residuales en el río Cauca. En un acto administrativo conocido por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, se establece que, en el marco de la licencia con Corantioquia de mayo de 2015, se autorizaron vertimientos en el río Cauca para aguas industriales conducidas mediante manguera de tres pulgadas y de 5.504 de longitud. Precisamente es este punto es el que se pretende eliminar, es decir el de la quebrada La Tesoro y trasladarlo al río Cauca.
“Debido a las continuas reuniones con la comunidad de Mogotes, y debido al aumento del personal que se instalará en los campamentos temporales al interior la zona industrial de Higabra, la empresa considera necesario trasladar el actual punto permitido para verter aguas residuales domésticas en la quebrada La Tesoro (1,6, litros por segundo, L/s), y trasladarlo al río Cauca aprovechando la tubería de tres pulgadas (…) lo anterior, implica el incremento del caudal otorgado en la resolución 1685 de 2017 (de 1,6 L/s a 2,6 L/s). En esta tubería serán transportadas las aguas residuales domésticas provenientes de la planta de lodos activados de la planta de beneficio (en proceso de construcción) y las aguas provenientes de los sistemas de tratamiento temporales de los campamentos de obra”, resalta el documento de solicitud citado hace dos semanas.
Aunque esta mina de oro, de la multinacional canadiense es modesta, con una producción en el 2017 de 4.779 onzas. En el municipio, de Buriticá, la compañía, desarrolla la primera mina subterránea a gran escala del país, de la cual se estima que su producción iniciará el próximo año y se extenderá durante 14 años más. Del 2020 al 2025 se calcula que se producirá 282.000 onzas de oro anuales. Una obra que se desarrolla en momentos en que el Plan Nacional de Desarrollo está duramente cuestionado, entre otros, aspectos por reducir las regalías del metal al 0.4%.
La compañía Continental Gold aseguró mediante comunicado expedido en Toronto, que al 22 de marzo de 2019, la construcción del proyecto Buriticá alcanzó un 56% de avance. “Las adquisiciones y la ingeniería de la infraestructura de los molinos y de la superficie se han completado en más de un 98%”. Donald Gray, director general de operaciones manifestó que, “el progreso en Buriticá sigue aumentando a un ritmo acelerado. Nuestro desarrollo lateral acumulado ha superado los objetivos previstos”.
De igual forma, la compañía indicó que tiene dos plantas de tratamiento de aguas manejadas con estándares internacionales y reiteró que es líder en Colombia en minería de oro a gran escala, desarrollando su proyecto Buriticá que es 100% de propiedad de la empresa, para lo cual asegura que utiliza prácticas modernas que están a la vanguardia en términos de construcción de minas, el cuidado del medio ambiente y siempre teniendo en cuenta a las comunidades. De hecho, informó la semana pasada, que en conmemoración del día del árbol, entregó 400 a la alcaldía de Santa Fe de Antioquia.
Ahora, le corresponde a Rodrigo Suárez Castaño, director de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, Anla, decidir si acepta o no la modificación de la licencia. Entretanto, los pobladores de las zonas aledañas al río Cauca están en alerta y adportas de repetir la historia reciente con la compuerta de Hidroituango, que solo les dejó una grave tragedia ambiental cuyos efectos aún se siguen sintiendo.
Tomado de la Agencia de Periodismo Investigativo API