Columna de opinión
Por Monkey D, Dragon*
Cuando se inicia un periodo de gobierno, es lógico que el nuevo gobernante se tome un tiempo para el acoplamiento justo y así dimensionar la situación del municipio que recibe. En este lapso ha de conocer cada programa y proyecto que se ha realizado en la ciudad, decidir si los integra a los nuevos que traerá el plan de desarrollo o si los sustituye por otros. Todo esto es natural en la política.
Cuando Gutiérrez llegó a la alcaldía, lo hizo con un “amplio” conocimiento de la ciudad. Medellín en sí es una ciudad grande en Colombia, pero relativamente pequeña comparada con otras urbes del continente. Es pequeña en población y gigante en problemáticas. El alcalde conoció qué pasaba en la ciudad, conoció la pobreza y la miseria, la violencia y la inequidad, también se enteró sobre cómo operaba la mafia en los procesos participativos de planeación local y cómo hasta políticamente la mafia y sus líderes se formaron en talleres de participación dictados por ONG —capacitaciones que les estructuraron un discurso—. Discurso que les sirvió para blanquear con la palabra la suciedad del crimen que hacían con sus manos.
Alcalde Gutiérrez, usted no es ajeno a lo que pasa en la ciudad, usted ha sido un hombre razonable en sus juicios y ponderado en sus acciones (nos dio la razón con el Pacto del Fusil, acción valiente y responsable a la vez). Sin embargo, notamos con preocupación que dentro de ese gran aparato burocrático llamado Alcaldía de Medellín, los derechos humanos son una insignificancia, o tenidos por quienes le rodean, por una innecesaria vacuidad de quienes defienden la vida y la dignidad, es decir, de quienes viven en los barrios arriesgando el pellejo para que otros puedan vivir dignamente.
El eslogan de la alcaldía es Medellín cuenta con vos, pero nosotros nos preguntamos, señor alcalde, ¿los derechos humanos y las organizaciones de derechos humanos si contamos con vos? Usted le dio voz a las organizaciones de derechos humanos permitiendo que un líder defensor asumiera la Subsecretaría de Derechos Humanos, pero lo que hemos notado es que ha recibido un espacio físico sin gente, porque ni gente contratada se tiene para trabajar, y sepa que ese trabajo es nada más y nada menos que defender la vida y la dignidad humana de los habitantes de la ciudad. Es lamentable una subsecretaría sin personal. Víctimas de la violencia urbana acuden en busca de ayuda a este lugar y se tienen que devolver para sus casas sin resolver su situación.
Ir a esta subsecretaría de derechos humanos y ver a un señor desplazado y redesplazado buscando ayuda y sin funcionarios que le guíen es, por lo menos, deprimente. Pero es que no hay gente, no hay contratos, no hay programas marchando, no hay proyectos funcionando, la mayoría de la gente que está allá está sin contrato ayudando a mover ese espacio, porque hasta donde sabemos la semana pasada no habían contratos para nadie. ¿Quién desembolsa el dinero y permite que esta subsecretaría marche como tiene que marchar? ¿Le falta a alguien voluntad para que permita que esta dependencia de una vez por todas empiece a funcionar a toda máquina?
Señor alcalde, ¿contamos con vos? Es que si nosotros podemos contar con vos, usted puede contar con nosotros, esperamos contar con vos no para que nos miren de soslayo, no somos sujetos mendicantes, somos sujetos dignos que luchamos por la vida, la dignidad, la paz y la reconciliación.
No está bien que las organizaciones sociales estemos en este momento llenando el vacío que la alcaldía no puede llenar, estamos asesorando derechos de petición y tutelas, nuestros abogados y amigos están ayudando de manera desinteresada a la ciudadanía con casos que ustedes deberían tener en estos cinco meses resueltos, pero parece que hay intereses en su alcaldía para que este espacio desaparezca. ¿Será que como está haciendo Peñalosa con la ETB, desprestigiándola para venderla barata, acá en Medellín se busca que la SDDHH se desprestigie y así hacerla desaparecer por decreto y anexar dicha función de derechos humanos como programa a una secretaría cualquiera?, ahí nos queda esa inquietud.
Creemos en el fondo que darle un cargo de segunda categoría al reconocido defensor de derechos humanos Carlos Arcila (lo digo sin sorna y con respeto), para luego no brindarle presupuesto, no permitirle desarrollar un buen trabajo porque planeación asignó un chiste de presupuesto para esta subsecretaría, es una forma de “quemarlo” social y políticamente, deslegitimarlo en un tiempo futuro en su interlocución con las organizaciones de la sociedad civil. Es importante que quede claro que no le estamos pidiendo trabajo ni puestos, solo le pedimos que valore los derechos humanos, nada más, nada menos.
La ciudad necesita que usted se comprometa con los derechos humanos, que no los mire con desprecio, que les dé la importancia que se merecen, porque una ciudad en paz y con desarrollo económico se construye desde arriba pero también desde abajo, sumemos fuerzas, crea en la sociedad civil, los defensores y activistas de derechos humanos queremos tener claro si podemos contar con vos.
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