Tegucigalpa, 7 mayo.- La otrora aldea La Reina, que fue soterrada en noviembre por efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota en el occidente de Honduras, se levantará en otro sitio con el nombre de San Francisco de Asís, gracias a la donación de un terreno gestionado por el sacerdote Leopoldo Serrano.
«La solidaridad está haciendo posible que La Reina se levante de nuevo en un sitio seguro para unas 330 familias damnificadas por las dos tormentas, dijo en comunicación telefónica con Efe el religioso hondureño, de la orden de los franciscanos.
La Reina, con sus casas, su escuela y su iglesia quedaron entre escombros y miles de toneladas de lodo, troncos de árboles y cultivos agrícolas arrastrados por un gran derrumbe el 22 de noviembre, sin víctimas mortales, pocos días después de que pasaron Eta e Iota, dejando una estela de destrucción y dolor en Honduras.
La tragedia que sufrió La Reina trascendió al mundo por Serrano, quien un día antes ofició la última misa en la iglesia de la aldea.
El templo católico fue arrastrado varios metros desde la parte alta del cerro en el que se levantaba La Reina.
DAMNIFICADOS TENDRÁN UN TERRENO PARA SU CASA
Serrano indicó que gracias a un donante anónimo, que respondió a su petición de ayuda, ha sido posible tener un terreno en el sector de Macuelizo, departamento de Santa Bárbara, para que La Reina resurja con el nombre de San Francisco de Asís.
Agregó que el estatal Instituto Nacional Agrario (INA) ya comenzó a dividir en lotes el terreno, en una extensión de 40 manzanas (56,7 hectáreas), de las que unas 15 serán para las viviendas de los damnificados.
La nueva comunidad contará además con una escuela, un colegio, un asilo de ancianos, un centro para madres solteras, una estación de Policía, una iglesia y un amplio predio para la siembra de árboles.
El terreno para cada familia damnificada mide unos 150 metros cuadrados y 30 de los lotes serán reservados para pobladores de La Reina que, después del paso de las dos tormentas tropicales, se fueron para Estados Unidos y España, desde donde enviarán dinero para construir la casa de su familia, indicó Serrano.
Para los demás damnificados se está buscando ayuda, ya que muchos no tienen recursos económicos para construir su vivienda.
SERRANO SIGUE ESPERANDO AYUDA DEL GOBIERNO
Serrano dijo que la organización CEPUDO (Capacitación, Educación, Producción, Unificación, Desarrollo y Organización, no gubernamental) ha ofrecido la construcción de al menos 20 casas, a lo que suman 4 por parte de una panadería y 3 de una institución de Guatemala.
El religioso sigue esperando una ayuda prometida por el Gobierno, del que espera que sea el que construya la mayor parte de las casas para los damnificados, porque, según él, hay fondos públicos para eso.
Al parecer, según Serrano, una comisión del Gobierno estaría llegando la próxima semana al sector de Macuelizo para reunirse con autoridades del INA, con quienes dialogarían sobre la construcción de las casas en la nueva comunidad.
«Pero hasta no ver no creer, porque el Gobierno nos ha mentido mucho, solo ha sido promesas», recalcó el sacerdote, quien sigue esperando de la solidaridad de otros sectores, nacionales y extranjeros, que se pueden comunicar con él a través del teléfono 50495100524.
En lo que quedó de La Reina, indicó que nadie ha vuelto a ese sitio por el peligro que representa y que lo importante es que los damnificados tendrán una vivienda, aunque sea pequeña, para que puedan vivir seguros, en un sitio con áreas verdes y una fuente de agua.
En el terreno en el que se levantará la nueva comunidad también vivirán otras familias damnificadas de sitios vecinos a La Reina.
Serrano indicó además que unas 8 familias damnificadas de La Reina ya están viviendo en el terreno de lo que será San Francisco de Asís, en un espacio en el que había unas galeras para ganado.
Esas familias, además de estar cuidando el terreno, también están recogiendo piedras de una cantera, lo que ya no tendrán que comprar para hacer su casa, acotó.
Serrano recordó que La Reina fue destruida por un enorme derrumbe desde el centro del cerro La Correa, lo que en parte obedeció a que la parte alta sufrió un daño ambiental por la tala de árboles, al grado de formarse una laguna.
Eso hizo que la tierra se desprendiera, arrastrando y sepultando a toda la aldea, según el relato del religioso.
Según apuntes históricos, el pueblo de La Reina originalmente se llamó El Diluvio, porque llovía hasta tres días seguidos, pero fue hasta hace unos 50 años que el sacerdote Roque Casal le cambió el nombre, para llamarse La Reina de los Ángeles.