Ginebra, 13 de agosto de 2024.- El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, denunció este martes la toma de su oficina en Saná, capital de Yemen, por parte de las autoridades de facto hutíes, así como las amenazas contra su personal y la apropiación ilegal de documentos, mobiliario y vehículos.
«Entrar en una oficina de la ONU sin permiso y apoderarse de documentos y propiedades por la fuerza es totalmente incompatible con la Convención sobre Privilegios e Inmunidades de Naciones Unidas», aseveró.
Pidió que las autoridades de facto abandonen las instalaciones y devuelvan de inmediato todos sus bienes y pertenencias.
Türk reiteró también su petición para que se libere de forma incondicional a los trece empleados de Naciones Unidas – seis de ellos trabajadores de su oficina – que permanecen detenidos por los hutíes desde el pasado junio.
A raíz de estas detenciones, la oficina que dirige el alto comisionado austriaco decidió suspender temporalmente desde el pasado 30 de julio sus operaciones en Saná y descentralizarlas a otras zonas de Yemen fuera del control de los hutíes.
El alto comisionado también condenó los vídeos publicados en internet en los que algunos de los trabajadores detenidos son presuntamente obligados a confesar acusaciones, entre ellas de espionaje.
Estas afirmaciones bajo coacción, aseguró, «carecen de fundamento» y son «una clara violación de sus derechos humanos».
«En ningún momento mi oficina ha participado en actividades distintas de las que están al servicio del pueblo de Yemen, de acuerdo con mi mandato», aseguró.
Además del personal de la ONU, se estima que otros 14 trabajadores de diferentes organizaciones humanitarias están detenidos en Yemen por los hutíes.
El movimiento insurgente hutí, próximo a Irán, tomó en 2014 Saná y desde entonces se hizo con amplias zonas del norte y el oeste del país, donde siguen librando una guerra contra las fuerzas del gobierno internacionalmente reconocido.
EFE