México, 4 febrero.- Por su pasado color merengue y sus características en la cancha, el volante español Álvaro Fidalgo será a partir de este sábado una especie de alfil blanco en el ajedrez del entrenador argentino Santiago Solari en el América del fútbol mexicano.
De la misma manera que los ajedrecistas usan el alfil de casillas blancas para recuperar un peón en la Apertura Gambito de Dama, Solari se apoyará en el centrocampista recién llegado para fortalecer su medio campo, quitar balones a los rivales y abastecer a los delanteros de América, el equipo más ganador de la liga.
Fidalgo, un media punta que pude jugar de mediocentro, le causó buena impresión a Solari cuando coincidieron en el Real Madrid Castilla, sucursal del equipo merengue.
De novato, el chico mostró humildad, entrega y un hambre de aprendizaje que llamó la atención al técnico. Al llegar al América, Solari lo imaginó en el sector de la cancha donde debe resolver problemas y comenzó a mover los papeles para contratarlo.
Inteligente, con buen trato de la pelota, capacidad de regate y solidario, Fidalgo cumple el perfil del futbolista que el entrenador argentino buscaba para redondear el ataque de su equipo, sufrido en los últimos meses con la lesión del goleador chileno Nicolás Castillo, la baja de juego de los colombianos Andrés Ibargüen y Roger Martínez y en las últimas semanas la del uruguayo Federico Viñas.
En una liga en la que casi todos los recién llegados piden tiempo para adaptarse a los cambios de altitud, de horarios y de clima entre las sedes, Fidalgo llegó con actitud de futbolista grande y en sus primeras declaraciones se reportó listo para rendir desde este sábado con el América.
«Es un reto grande, vengo al club más ganador de México. Hay que hacer las cosas bien, rendir desde ya, adaptarse lo antes posible y jugar para que la gente vea lo que puedo aportar», comentó apenas pisó tierra mexicana.
América, sexto de la clasificación del Clausura, recibirá este sábado al Puebla en busca de tres puntos para acercarse a la parte superior de la tabla en un duelo que podría marcar el debut del español nacido en Oviedo.
Veloz, mente fuerte y con buena visión del juego, Fidalgo ha recibido elogios por su buena vibra en la cancha y fuera de ella. El más radical lo hizo el entrenador Antonio Iriondo, quien cuando lo dirigió en el Majadahonda lamentó que su hija fuera mayor porque el volante era el tipo de yerno que todo padre quiere tener.
Solari no llegará a tal exceso. Ahora, cuando gracias a la serie de Netflix, el Gambito de dama es mencionado en el mundo hasta por los que no saben jugar ajedrez, el técnico argentino analiza su tablero particular en el estadio Azteca, donde se hicieron campeones mundiales Pelé y Maradona.
En la cancha de pasto en lugar de escaques, Álvaro Fidalgo se moverá como un alfil blanco capaz de repartir poder por las diagonales, estar atento a sacrificarse y dispuesto a recuperar pelotas en vez de peones.