Buenos Aires, 10 de abril de 2025.- La amenaza latente del presidente de Argentina, Javier Milei, de retirar a su país del Mercosur ensombrece el proceso de integración regional, aunque la falta de apoyos para un paso de tal calibre torna difícil una salida del mayor bloque suramericano.
Milei, quien ha cuestionado en varias ocasiones al bloque fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, afirmó hace un mes que, para lograr un eventual acuerdo comercial con Estados Unidos, «es necesario estar dispuesto a flexibilizar o, incluso, llegado el caso, a salir del Mercosur».
El Gobierno argentino ha hablado tanto de un potencial tratado de libre comercio como de un acuerdo de reciprocidad arancelaria con Estados Unidos, país que, junto con Israel, Milei ha entronizado como su principal socio en materia de política exterior, en detrimento de Brasil y el resto de sus vecinos.
Pero la normativa del Mercosur impide a los países miembros negociar acuerdos comerciales con otros mercados de manera independiente y no como bloque.
Una flexibilización a esa norma ha sido infructuosamente discutida por años en el Mercosur, donde las decisiones se toman por consenso y no por mayoría.
Incertidumbre
Para Lisandro Mogliati, consultor en negocios internacionales y profesor universitario de comercio exterior, la «amenaza latente» de salir del Mercosur existe porque Milei «tiene la convicción de que puede ser una medida atinada».
«Desde el punto de vista geopolítico, Milei está pensando en algo diferente a lo que han venido construyendo distintos mandatarios suramericanos para hacer fuerte esta iniciativa integradora en Suramérica y evitar acuerdos bilaterales con grandes potencias, que resultasen desproporcionados», dijo a EFE Mogliati.
La investigadora y experta en relaciones internacionales Florencia Rubiolo coincide en que la potencial salida de Argentina, la segunda mayor economía del Mercosur luego de Brasil, «aumentaría la incertidumbre respecto del futuro del bloque».
También incrementaría las dudas entre los socios externos del Mercosur, por ejemplo, la Unión Europea (UE), con la que los suramericanos han firmado un acuerdo de libre comercio que está pendiente de ratificación para su entrada en vigor.
«Si uno de los miembros se retira, por supuesto que eso echaría por tierra el acuerdo Mercosur-UE», señaló a EFE Rubiolo, directora de Insight 21, centro de conocimiento de la Universidad Siglo 21.
La experta considera que la guerra comercial global desatada el pasado 2 de abril por los aranceles impuestos por Donald Trump disminuye las posibilidades de que Milei decida finalmente retirarse del Mercosur, ya que la pertenencia a un bloque ofrece al menos cierta fortaleza para plantar cara a la incertidumbre mundial e, incluso, para iniciar una negociación conjunta con vistas a un entendimiento con los Estados Unidos.
Con todo, Rubiolo no ve probable que el bloque busque una negociación con Washington, «dadas las diferencias políticas que hay actualmente» entre los Gobiernos de los países miembros del Mercosur.
Sin consenso
Más allá de la aventura geopolítica de Milei, salir del Mercosur requiere de un aval formal del Parlamento argentino -donde actualmente el oficialismo es minoritario- y, por tanto, del apoyo de amplios sectores de la oposición que, aun con matices, siempre han apostado por la integración suramericana.
«No veo que haya un acompañamiento político, institucional, ni tampoco privado, de los sectores económicos como para que Milei tenga el consenso necesario para salir del Mercosur», observó Mogliati.
El año pasado, las exportaciones de Argentina ascendieron a 79.720 millones de dólares. Mercosur fue su principal mercado, con colocaciones por valor de 17.158 millones.
Solo los envíos a Brasil sumaron 13.611 millones, superando con creces a mercados como la UE (8.238 millones), Estados Unidos (6.454 millones) y China (6.053 millones).
Es por ello que los empresarios argentinos, aunque ven como algo positivo incrementar el comercio con EE.UU., rechazan que para ello se llegue al extremo de romper con el Mercosur, su mayor mercado de exportación y donde no pagan aranceles.
Natalia Kidd
EFE