Naciones Unidas, 27 may – La Asamblea General de la ONU vota el próximo martes 3 de junio la renovación de cinco asientos no permanentes del Consejo de Seguridad, entre los que se da por segura la elección de Colombia en representación del ‘cupo latinoamericano’.
Los puestos que se votarán son correspondientes a África (2), América Latina y Caribe, Asia y Pacifico, más Europea oriental (uno cada uno), actualmente ocupados, respectivamente, por Argelia, Sierra Leona, Guyana, Corea del Sur y Eslovenia.
No se esperan sorpresas porque los distintos grupos de países ya han consensuado los nombres de los reemplazantes, que serán, por el mismo orden, República Democrática del Congo, Liberia, Colombia, Baréin y Lituania; todos han ocupado en algún momento de la historia ese asiento, salvo Lituania.
En el caso de Colombia, ha sido ya siete veces miembro del Consejo de Seguridad, la última de ellas en el bienio 2011-12.
Los nuevos miembros electos ocuparán su asiento por dos años, a comenzar desde el 1 de enero de 2026, y se sumarán a los otros miembros con mandato que expira a fines de 2026: Somalia, Panamá, Pakistán, Grecia y Dinamarca.
Junto a ellos se sientan los miembros permanentes, es decir, con un mandato no sujeto a voto: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia.
Siendo el máximo órgano ejecutivo de la ONU, el Consejo de Seguridad sufre de una pérdida de influencia y de credibilidad por el constante uso del derecho de veto de algunos miembros permanentes, particularmente Estados Unidos (siempre en apoyo de su aliado Israel) y Rusia, que lo usa en auxilio de sus aliados (Corea del Norte o la antigua Siria) o para bloquear resoluciones contra la invasión de Ucrania.
La reforma del Consejo es un reclamo compartido por el mundo entero como principio, pero que en el momento de traducirse en cambios concretos se traduce en enormes discrepancias sobre el número de miembros, la representación ideal de cada continente y el mantenimiento o no de derecho de veto. EFE
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