Describe el momento y lugar del ataque, así como la reacción de la comunidad y los esfuerzos médicos posteriores.
QUINDÍO, COLOMBIA. (11 JUN 2025) – Jonathan Manuel Enriques Rondón, ciudadano venezolano señalado por las autoridades como cabecilla del grupo delincuencial ‘Los Ruleteros’, al servicio de la organización criminal La Cordillera, fue asesinado este domingo en el barrio Bosques de Gibraltar de Armenia. El ataque se produjo en plena vía pública y la víctima recibió múltiples disparos en la cabeza.
De acuerdo con los datos proporcionados por Q’hubo Pereira. Alias Charco de Sangre, como era conocido en el mundo criminal, tenía 25 años y habría consolidado una red de microtráfico en zonas vulnerables de Pereira, especialmente en sectores como La Platanera, Leningrado y Santa Fe. Según la Policía, imponía su dominio a través de amenazas, violencia y homicidios, coordinando acciones al servicio de alias Pescaito, presunto líder del narcomenudeo en La Platanera.
El ataque y su desenlace
El homicidio ocurrió en cuestión de segundos. Enriques Rondón fue interceptado por un hombre armado que le disparó sin mediar palabra. Gravemente herido, fue trasladado al hospital del Sur y posteriormente remitido al San Juan de Dios, donde los médicos confirmaron su muerte horas después.
Unidades de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) se desplazaron al centro asistencial para realizar la inspección técnica del cadáver, que fue llevado a la morgue del municipio de Calarcá para los trámites forenses correspondientes.
Historial delictivo
Enriques Rondón ya era conocido por las autoridades judiciales. Fue capturado el 24 de febrero de 2024 por lesiones personales, y el 8 de noviembre del mismo año fue sorprendido con 90 papeletas de basuco (equivalentes a 39 gramos), avaluadas en 350.000 pesos. El hallazgo se dio durante un operativo en el sector de La Platanera, cuando intentó deshacerse del estupefaciente al notar la presencia policial cerca de la Institución Educativa Leningrado III.
Aunque su historial delictivo era incipiente en el sistema judicial, la Policía lo perfilaba como un actor violento y central dentro de una estructura de microtráfico transnacional, con conexiones entre ciudadanos extranjeros y estructuras locales criminales.
Silencio en la comunidad
Como suele ocurrir en estos escenarios, la comunidad evitó dar declaraciones. Nadie vio ni escuchó nada, y el silencio volvió a imponerse entre los residentes del sector.
Este caso es investigado por las autoridades como un posible ajuste de cuentas relacionado con la disputa territorial entre organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes.
A.U.
La información contenida en este artículo de prensa corresponde a la narración de los hechos noticiosos objetivos, suministrados por los funcionarios encargados de adelantar las investigaciones penales al interior de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación. Para el momento de la divulgación de este comunicado, la situación jurídica de la(s) persona(s) relacionada(s) se encuentra pendiente de resolver por la autoridad judicial competente, siempre bajo los preceptos de la presunción de inocencia, consagrados en el artículo 29 de la Constitución Política y el artículo 7º de la Ley 906 de 2004.