Anastasio Ramírez dedicó más de 20 años al gremio de la carnicería
NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA. (22 JUL 2025) – La vida de Anastasio José Ramírez Mantilla, conocido como “Tachito”, terminó de forma trágica y violenta en la madrugada del 21 de julio, cuando fue asesinado a tiros mientras dormía sobre dos bancas frente a su casa en el barrio La Concordia, en Cúcuta. Su historia, marcada por el esfuerzo laboral y la posterior caída en el consumo de estupefacientes, se apagó a los 40 años, dejando detrás una familia resignada y una comunidad conmocionada.
Según lo informado por La Opinión. Según testigos, el crimen ocurrió a la 1:20 a. m., cuando un desconocido armado disparó varias veces contra Tachito mientras dormía a la intemperie. Su familia, alertada por el estruendo de los disparos, salió rápidamente y lo encontró tendido en un charco de sangre. Nada pudo hacerse.
La principal hipótesis que manejan sus allegados apunta a las consecuencias de su adicción. Aunque no se ha identificado al autor del homicidio, su familia no duda en señalar el vínculo entre el crimen y el mundo del consumo y microtráfico que rodeó a Tachito durante los últimos años de su vida.
Una vida dividida en dos
Tachito vivió su infancia en la Loma de Bolívar, pero su padre, al notar el creciente riesgo del entorno, decidió trasladar a la familia a La Concordia, buscando un futuro más seguro. Desde joven mostró una actitud trabajadora: a los 14 años ya se dedicaba al negocio familiar de la carnicería, trabajando en mercados como la Nueva Sexta y Cenabastos, donde se hizo conocido y querido.
A los 20 años ya era un pequeño empresario con una carnicería en Ureña (Venezuela), pero fue entonces cuando conoció las drogas. Según sus familiares, su adicción marcó un punto de no retorno: abandonó sus responsabilidades, perdió bienes y oportunidades, y su estado físico y mental comenzó a deteriorarse.
A pesar de los esfuerzos de su familia por rehabilitarlo, incluyendo tratamientos costosos, Tachito rechazaba la ayuda. “Él me decía que ya no gastara más plata, que no había nada que hacer”, confesó su padre con profunda tristeza.
Un legado familiar y un nombre con historia
Tachito fue bautizado en honor a su abuelo, Anastasio Ramírez Quintero, reconocido periodista deportivo de Norte de Santander, fundador del Círculo de Cronistas Deportivos de la región (Acord). Aunque el nieto no siguió los pasos del abuelo en el periodismo, dejó una marca en el gremio carnicero por su amabilidad, disposición al trabajo y su saludo característico: “¿Qué hubo?, ¿qué hay para hacer?”
Nunca tuvo hijos, una decisión consciente, según decía, para no hacerlos sufrir. Su muerte se suma a la alarmante ola de violencia que golpea los barrios populares de Cúcuta, donde la combinación de pobreza, drogadicción e impunidad cobra nuevas víctimas cada semana.
Las autoridades no han confirmado capturas ni avances en la investigación del asesinato de Anastasio Ramírez, pero su historia resuena como testimonio de una lucha silenciosa y una advertencia sobre las consecuencias del abandono institucional ante las adicciones.
A.U.
La información contenida en este artículo de prensa corresponde a la narración de los hechos noticiosos objetivos, suministrados por los funcionarios encargados de adelantar las investigaciones penales al interior de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación. Para el momento de la divulgación de este comunicado, la situación jurídica de la(s) persona(s) relacionada(s) se encuentra pendiente de resolver por la autoridad judicial competente, siempre bajo los preceptos de la presunción de inocencia, consagrados en el artículo 29 de la Constitución Política y el artículo 7º de la Ley 906 de 2004.