En la noche del miércoles 14 de marzo, la ola de violencia de Brasil subió un escalón tras el asesinato de la concejala y activista por los derechos humanos Marielle Franco. En el ataque fallecieron su conductor Anderson Pedro Gomes y una asesora resultó con heridas leves luego de que el automóvil fuera impactado por 9 disparos.
Marielle Franco conocida por su labor de intervenir en actos por los derechos de las mujeres negras en el barrio de Lapa, en el centro de Rio, fue interceptada por los asesinos en la calle Joaquim Palhares, en la zona conocida como Estácio. Comenzaron a disparar contra el vehículo con el claro objetivo de arrebatarle la vida a la concejala y activista que recibió 5 disparos muriendo en el acto.
Dicho crimen ha sido repudiado por miles manifestantes en las grandes ciudades del país, originando debate sobre la investigación del crimen y exigiendo rápido esclarecimiento del caso. Como también se pone en tela de juicio la intervención militar de Rio de Janeiro.
La procuradora general de la República, Raquel Dodge recomienda que la investigación quede en manos de la policía federal, ya que en las primeras averiguaciones existen inconsistencias. En la primera se dijo que el atentado contó con la participación de dos vehículos y no uno sólo como se informó inicialmente, según cuenta la agencia de noticias ANSA.