Por peces, vacas, maquinas de coser y frutos del campo, los excombatientes de la extinta guerrilla de las Farc cambiaron sus fusiles hace casi tres años.
Hoy, pese a los incumplimientos que denuncian, las inclemencias de lidiar con un país polarizado y las ganas de rendirse que esto les produce, los excombatientes se reinventan lejos de la espesura de la selva, del zumbido de las balas y de los horrores de las bombas.
Sus nuevos instrumentos de trabajo son pocos, pero no los quieren dejar. Se rehúsan a abandonar la vida que en estos años han construido casi con las uñas. Algunos ya tienen familia, otros la crearon en la marcha del diario vivir, y aseguran que el anuncio emitido el pasado jueves por algunos de sus antiguos jefes de alzarse en armas una vez más no les destruirá la esperanza de seguir construyendo país.
Antioquia: ganadería y tecnología
Sebastián Berrío, un paisa que militaba en el extinto grupo subversivo, hoy cuenta con emoción todo lo que sus camaradas, como suele llamarlos, están haciendo en el norte de Antioquia.
El hombre, miembro del Equipo Nacional de Proyectos Productivos, cuenta que en Anorí hay más de 30 iniciativas que si bien están en proceso de revisión y aprobación por parte de la Alta Consejería para la Reincorporación y Normalización muy pronto darán frutos.
El primero, del cual se espera que en diciembre saque su primera producción, está ubicado en la finca ‘La Vianca’, en dicho municipio. Allí, 41 exguerrilleros le apuestan a producir tilapias rojas.
Sebastián dice que la iniciativa es bien recibida por organizaciones antioqueñas que le apuestan no solo a la economía sino también a la reinserción de antiguos miembros de grupos armados ilegales.
Una situación similar ocurre en la vereda Santa Lucía, en el municipio de Ituango, en donde 111 reincorporados decidieron apostarle a la ganadería doble propósito. Con esta iniciativa lo que buscan fomentar es la comercialización de queso y leche, pero también de carne bajo la reproducción de los bovinos.
Sebastián destacó que el ganado que está en poder de los excombatientes se encuentra en fincas arrendadas por ellos, pues el dinero que el Gobierno les suministra no les alcanza para comprar sus propios predios.
Sumado a este proyecto se encuentra una innovación. 25 exFarc le apostaron a la prestación del servicio de internet en Ituango. “La red cableada mundial está en el mar, pero lo que hacen ellos es contratar con una empresa de telecomunicaciones para que lleven módem a Ituango y la cooperativa, que se llama Coopemprender, con sus recursos, monta red cableada para los habitantes de la cabecera municipal”, cuenta.
Si bien para el exmiembro de las Farc el discurso de ‘Iván Márquez’ y demás compañeros, conocido este jueves, “desmoraliza” debido a que fueron ellos mismos quienes los impulsaron a dejar las armas, insiste en que eso no será un impedimento para que sigan construyendo su ideología de paz: “El proceso ha tenido incumplimientos, pero para nosotros ha sido exitoso”.
Por otro lado, y con un proyecto con enfoque de género, Luz Adriana Ramírez y al menos 70 mujeres más, entre quienes se cuentan excombatientes y vecinas de la zona, le apuestan a la producción y comercialización de maracuyá, limón y salsa de ají.
Pese a que aún están a la espera de la licitación para construir la planta de producción, el enfoque de Ramírez y sus 70 chicas hará que la comunidad tenga grandes cambios en relación al género, pues además del sustento económico promoverán acciones de voluntariado para el cuidado de los niños y personas de la tercera edad.
El Tolima y la moda
En la tierra donde se crearon las Farc ahora crean vestidos, capas, kimonos, faldas y chalecos. Precisamente son los exmilitantes de dicha guerrilla quienes le dan forma a sus telas.
Gonzalo Beltrán es presidente de la Cooperativa Tejiendo Paz, ubicada en la vereda La Fila, en Icononzo (Tolima) en el Espacios Territorial de Capacitación y Reincorporación, Etcr, Antonio Nariño. Allí, en medio de maquinas de coser, pasan sus días más de 20 excombatientes que decidieron emprender desde la costura.
Su proyecto inició con la manufactura del paño. Sin embargo, Ángela Herrera, una universitaria de 24 años se unió a ellos con nuevas iniciativas. “Cuando empezó el proceso de paz dije que quería aportar de alguna manera”. Y así lleva un año con seis mujeres y cuatro hombres exfarianos tejiendo sueños y tejiendo país.
Durante ese tiempo, y pese a todas las dificultades que ha traído la implementación del Acuerdo de Paz, han sacado adelante ocho producciones y justo por estos días celebran que ya confeccionaron el kimono número 1000.
La joven emprendedora, junto con Gonzalo, recuerda que en la primera producción esperaban que sus 35 kimonos se vendieran en dos meses, pero esto ocurrió en apenas una semana. Por esto, el excombatiente le sigue apostando a construir desde lo social y rechazó vehementemente el discurso de su antiguo jefe, ‘Iván Márquez’.
“Quiero decirle a Colombia que nosotros estamos apostándole a la paz desde la moda, no es justo que un país que ha vivido muchos años en guerra continúe con el mismo derramamiento de sangre. Nosotros salimos fue a producir, no a delinquir, porque somos personas que pensamos en el bienestar social de un pueblo”.
Meta: ganadería y deporte
Ómar Jiménez, quien hizo parte de las filas del frente primero de las Farc en 1993, hoy le apuesta al ganado, las vacas lecheras, las gallinas y uno que otro cultivo que tiene en su finca ubicada en Uribe, Meta.
Su gran apuesta en este momento es la ganadería, pero junto con sus compañeros de batalla ahora luchan por incursionar en el mundo del turismo. Poco y nada sabían de este sector, pero las 152 personas que viven en esa zona decidieron unirse para sacar adelante el proyecto productivo.
Ómar tiene bajo su administración una finca denominada ‘Piscinas’, en la que han construido una cabaña, una zona para acampar y, por lo menos, trabajan con 45 mujeres que cocinan para atender a los más de 600 turistas mensuales que atrae la región por sus exuberantes paisajes.
‘Piscinas’ no es más que uno de los atractivos que tiene este territorio, que hasta hace unos años no se podía recorrer por causa del conflicto armado.
Tres cascadas naturales con agua cristalina hacen parte del atractivo que las balas no dejaban contemplar.
La meta de Ómar es que el Gobierno Nacional los siga apoyando con los proyectos, pues aseguró que en algún momento se sintieron abandonados cuando no tuvieron vías para comercializar los productos que cultivaban.
Compitiendo en las grandes ligas
El deporte en Colombia está pasando por uno de sus mejores momentos y los excombatientes no se quedaron atrás para demostrar sus capacidades no solo a nivel nacional, sino también en competencias internacionales.
Cinco exguerrilleros de la columna Teófilo Forero, que delinquía en San Vicente del Caguán, Caquetá, junto con tres civiles, quisieron hacer historia.
Cuando dejaron las armas no se les ocurrió que podrían llegar, incluso, a Australia. Pero el sueño lo cumplieron meses atrás.
Su proyecto productivo denominado ‘Remando por la Paz’ empezó cuando recibieron capacitación para ser guías de rafting.
Su actuar se enfocaba en el Río Pato, pero las capacitaciones por parte del Sena y de la compañía costarricense ‘Ríos Tropicales’ los llevaron a las grandes ligas.
Los reincorporados participaron en el Campeonato Mundial de Rafting 2019 en Tully (Australia), en la modalidad recién creada Bandera de Paz de la FIR.
Ahora el Río Pato es uno de los atractivos de Colombia y los turistas no solo van a aprender prácticas sino a conocer a los exmilicianos que cambiaron los fusiles por los remos.
Ayuda internacional
La Unión Europea, en cabeza de la embajadora Patricia Lombart, ha adelantado acciones en el territorio por medio del denominado ‘Fondo Europeo para la Paz’. El organismo internacional ha desarrollado iniciativas rurales, integrales y de reincorporación a más 7800 productores de la industria agrícola con sentido sostenible.
En cuanto a la reincorporación, Lombart aseguró que el Fondo apoya el fortalecimiento de las instituciones locales e impulsa la participación de 338 reincorporados a través de proyectos de economías solidarias, así como con capacitaciones para la inclusión laboral y económica que facilite su proceso de transición a la vida civil.
Tomado de El País de Cali
