El pasado sábado 31 de agosto, EE.UU lanzó un ataque aéreo en Idlib (Siria) dejando varias víctimas mortales y destrucción, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
El ataque fue efectuado durante un alto al fuego declarado por el Ejército de Siria y sin dar aviso a Rusia ni a Turquía quienes son responsables de esta zona de distensión del noroeste de Siria.
«Con su acción, EEUU puso en peligro la continuidad del armisticio en la zona de distensión de Idlib y lo malogró en algunas áreas», denunció el Centro ruso, añadiendo que «en las localidades que fueron blanco del ataque estadounidense hay numerosas víctimas y destrucciones».
Según El Pentágono, el ataque iba dirigido a un centro de Al Qaeda presuntamente por ser una amenaza a la seguridad de civiles estadounidenses. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos anunció la muerte de por lo menos 40 yihadistas a causa del ataque.
A pesar de la ofensiva estadounidense, el Ejército de Siria «mantiene ahora la moratoria sobre hostilidades en aras de una pronta normalización de la situación» anunció el Ministerio ruso.