Medellín, Colombia, 6 mayo de 2025.- Un nuevo hecho de violencia sacudió a Medellín este martes 6 de mayo, cuando se registró un ataque sicarial en plena zona céntrica de la ciudad, específicamente en la comuna 10 (Candelaria), barrio Jesús Nazareno, uno de los sectores con mayores índices de homicidios en 2025.
El ataque ocurrió sobre las 12:06 del mediodía, en la carrera 55 #62-42, cuando dos hombres a bordo de una motocicleta interceptaron una camioneta Toyota Hilux color champagne, placas MNU506, en la que se encontraba la víctima principal. El parrillero descendió del vehículo y, sin mediar palabra, disparó en múltiples ocasiones contra el conductor, identificado como John Jairo Mazo Paniagua, quien murió en el acto por múltiples heridas con arma de fuego. El hecho quedó registrado en la cámara de vigilancia número 677 del sistema de monitoreo CAD-123.
En el ataque también resultaron impactadas otras dos personas que se encontraban en vía pública:
- Flor María Mosquera Gamboa, trabajadora de la empresa Emvarias de Medellín, quien cumplía labores de barrido en el sector, recibió un disparo en el hombro derecho. Fue trasladada en un vehículo particular a la Policlínica, donde posteriormente falleció a las 13:08 horas.
- Jhon Arley Arcila Yepes, mecánico del sector de 50 años, fue herido en la pierna derecha. Aunque su estado no reviste gravedad, también fue atendido en un centro médico.
Según el informe de la patrulla de vigilancia que atendió el caso tras llamada al 123, la víctima principal se encontraba dentro del vehículo asesinado, acompañado por su pareja sentimental, quien salió ilesa del ataque. La información entregada por la ciudadanía permitió confirmar que tanto la trabajadora de aseo como el mecánico herido fueron víctimas colaterales del mismo hecho violento.
Hipótesis e investigación preliminar
Las autoridades manejan como principal línea de investigación un crimen por sicariato, una modalidad de violencia que persiste en varios sectores de Medellín, particularmente en zonas con presencia de estructuras armadas ilegales. El hecho se encuentra bajo análisis por parte del grupo de investigación criminal, que ya recopila pruebas para esclarecer lo sucedido.
Acciones desplegadas
En labores de verificación adelantadas por el personal de monitoreo del CAD-123, se logró ubicar evidencia clave en la cámara de seguridad número 677. En las imágenes, registradas a las 12:01 del mediodía, se observa a dos sujetos vestidos de negro que se movilizaban en una motocicleta. El parrillero desciende del vehículo, se aproxima a una camioneta y dispara contra la víctima al interior del vehículo, mientras que otras dos personas resultan heridas sobre el andén en vía pública.
Este nuevo hecho vuelve a poner en alerta a la ciudadanía sobre la crítica situación de orden público en la comuna 10, la más violenta de Medellín en 2025, con 25 homicidios registrados a la fecha. La violencia, cada vez más visible en sectores urbanos como Jesús Nazareno, evidencia la urgencia de medidas estructurales, no solo operativas, para recuperar la seguridad.
La comuna 10, Centro o Candelaria: el foco de mayor violencia en Medellín
El ataque sicarial ocurrido el 6 de mayo en el barrio Jesús Nazareno se suma a un preocupante aumento de la violencia en la comuna 10 (Candelaria), la más afectada por homicidios en Medellín en 2025. A la fecha, esta zona registra 25 asesinatos, cinco más que en el mismo periodo del año anterior.
Le sigue en nivel de violencia la comuna 3 (Manrique), que contabiliza 14 homicidios, lo que representa un incremento del 600 % frente a los dos casos registrados en el mismo lapso de 2024. Así, Manrique se posiciona como la segunda comuna más violenta de la ciudad.
Otras comunas con altos niveles de criminalidad en lo que va de 2025 son:
- Laureles-Estadio (comuna 11): 9 homicidios
- San Javier (comuna 13): 9 homicidios
- Belén (comuna 16): 8 homicidios
En total, Medellín ha registrado 105 homicidios en 2025, lo que representa una reducción de 15 casos en comparación con el mismo periodo de 2024. De estos, 59 han sido cometidos con arma de fuego, 7 con objetos contundentes y 37 con armas cortopunzantes, una modalidad que preocupa por su alta frecuencia, especialmente en riñas personales y hechos de intolerancia.
A pesar de este panorama complejo, la ciudad ha registrado 59 días sin homicidios en lo que va del año, seis más que en el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales de la Alcaldía. Sin embargo, expertos advierten que estos avances no deben interpretarse como una mejora estructural, ya que la violencia sigue siendo un reto grave, particularmente para las comunidades más vulnerables.
¿Es posible una Paz Real Territorial en Medellín?
A pesar de los repetidos episodios de violencia —muchos de ellos ejecutados mediante ataques sicariales—, distintos sectores sociales sostienen que en Medellín la Paz Urbana sí es posible. Para lograrlo, se requiere un enfoque estatal más realista y adaptado a la complejidad del conflicto urbano, que reconozca las dinámicas locales del crimen organizado y los retos estructurales de seguridad.
En ese sentido, la ONG Corpades ha propuesto abandonar la idea abstracta de una “Paz Total” y trabajar en la construcción de una Paz Real Territorial. Esta visión implica avanzar en procesos concretos, como la consolidación del Espacio Socio-Jurídico actualmente instalado en la Cárcel La Paz de Itagüí. Su primera fase podría convertirse en un piloto viable para que el próximo gobierno —sea de centro, izquierda o derecha— impulse una segunda y tercera etapa del proceso de paz urbana, con componentes de justicia restaurativa, participación comunitaria y reintegración socioeconómica.
No obstante, resulta urgente advertir que no es realista prometer una desarticulación de las estructuras armadas ilegales en seis meses o un año, como lo sugieren algunos discursos políticos. Organizaciones como la Oficina del Valle de Aburrá, Los Triana, El Mesa, La Agonía y El Trianón, entre otras, llevan décadas de influencia en el tejido urbano y social del Valle de Aburrá, y su desmantelamiento requerirá tiempo, recursos y voluntad política sostenida. Esta tarea es aún más compleja considerando que se han perdido casi tres años de oportunidad por la inercia institucional frente al fenómeno ilegal armado.
A.U.