El número de casos de COVID-19 se situó este jueves en Canadá en 3.901, lo que supone 620 más que ayer, mientras que el número de muertos por la enfermedad alcanzó los 39, en total 9 más que el miércoles, según las últimas cifras facilitadas por las autoridades canadienses.
La provincia de Quebec es la que más casos registra, 1.629; seguida por Ontario, con 858; Columbia Británica, con 659, y Alberta, con 419.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, criticó hoy durante su rueda de prensa diaria que «demasiada gente» no esté siguiendo las órdenes de las autoridades del país de ponerse en cuarentena, tras ser repatriados desde el extranjero.
Se calcula que en las últimas semanas un millón de canadienses han regresado a Canadá desde otros países.
Medios de comunicación canadienses han señalado que muchas personas vuelven a Canadá, pese a presentar síntomas de la enfermedad y de que el Gobierno canadiense haya prohibido el retorno de individuos que puedan estar enfermos con COVID-19.
La directora médica de Canadá, la doctora Theresa Tam, dijo este jueves en una rueda de prensa que alrededor del 6 % de las personas que contraen COVID-19 en el país tienen que ser hospitalizadas, de las que un 2,6 % se encuentran en estado grave, mientras que la tasa de mortalidad por la enfermedad es del 1 %.
Tam añadió que la baja tasa de mortalidad en comparación con otros países indica que el sistema de salud no está en la actualidad desbordado, pero estas muertes se podrían reducir aún más si se evitan contagios entre la población más vulnerable.
Una de las preocupaciones ahora de las autoridades canadienses es la situación en el vecino Estados Unidos, donde el número de casos se está multiplicando rápidamente en estados como Nueva York y California.
Las localidades fronterizas temen que la propagación de la enfermedad en Estados Unidos y la voluntad del presidente estadounidense, Donald Trump, de relajar las restricciones a mediados de abril para reactivar la economía se traduzcan en un aumento de los casos de COVID-19 en Canadá.
EFE