Medellín, Colombia, 4 junio de 2025.- La violencia homicida en Medellín continúa su escalada en 2025, especialmente en las comunas 3 (Manrique), 4 (Aranjuez), 10 (La Candelaria o Centro) y 11 (Laureles), que reportan incrementos alarmantes en el número de asesinatos frente al año anterior.
Según datos de la Secretaría de Seguridad de Medellín, hasta el 3 de junio se han registrado 147 homicidios, un aumento del 16% en comparación con el mismo periodo de 2024, cuando la cifra fue de 126. Las causas detrás de estos crímenes varían, pero predominan las riñas, el accionar de estructuras armadas ilegales y los hurtos.
Centro de Medellín: epicentro de violencia contenida
La comuna 10, también conocida como La Candelaria o simplemente el Centro de Medellín, ha sido históricamente el corazón administrativo, comercial y turístico de la ciudad. Sin embargo, también se ha consolidado como la zona más violenta. Hasta el 3 de junio de 2025, esta comuna registraba 32 homicidios, frente a los 25 del mismo periodo en 2024, lo que representa un aumento del 28%.
El analista Luis Fernando Quijano advirtió que en el Centro se libra una “guerra fría” entre estructuras ilegales. En declaraciones a El Colombiano, explicó que los enfrentamientos no se presentan mediante tiroteos abiertos, sino que se ejecutan con armas blancas para simular riñas, evitando así una mayor presión judicial o policial.
Quijano también alertó sobre la presencia de grupos presuntamente vinculados al Tren de Aragua, los cuales estarían enfrentando a las tradicionales Convivir por el control territorial. “Es una guerra fría que todavía no escala a una guerra urbana abierta”, puntualizó el experto.
A pesar de la presencia institucional y tecnológica en la zona —como cámaras de vigilancia y patrullajes permanentes—, los indicadores reflejan un fracaso de la estrategia de seguridad urbana.
Manrique: el crecimiento más abrupto
La comuna 3, Manrique, ha experimentado un aumento del 467% en homicidios. Hasta la misma fecha de corte, se contabilizaban 17 asesinatos, frente a solo 3 en 2024. El caso más reciente fue el de Jhon Arley Chanci Bedoya, asesinado a balazos en el barrio La Cruz el pasado 3 de junio.
La lista de crímenes en Manrique durante este año incluye riñas, ajustes de cuentas, ataques sicariales y violencia intrafamiliar. Muchos de los hechos están bajo investigación, sin esclarecimiento claro sobre los autores intelectuales o materiales.
Aranjuez y Laureles: cifras que preocupan por su perfil
La comuna 4, Aranjuez, duplicó su cifra de homicidios, pasando de 5 casos en 2024 a 11 en 2025 hasta la fecha de corte. Aunque los números absolutos no son los más altos de la ciudad, el crecimiento porcentual refleja un deterioro de la seguridad.
Laureles, por su parte, llama la atención por ser una zona reconocida por su vocación residencial, comercial y turística. En 2025 ya se han registrado 10 homicidios, dos más que en 2024. Luis Fernando Quijano cuestionó la aparente pasividad institucional: “Donde hay turismo, nadie quiere dar malas noticias”, dijo a El Colombiano.
La Secretaría de Seguridad indicó que en Laureles, dos homicidios están asociados a estructuras ilegales, uno a conflictos de convivencia, dos a hurtos, y cuatro aún están por categorizar.
Cifras globales de violencia en Medellín en 2025
Hasta el 3 de junio de 2025, se han registrado:
- 147 homicidios en total.
- 39 por intolerancia o convivencia.
- 37 por estructuras criminales.
- 11 relacionados con hurtos.
- 9 por violencia de género.
- 3 por violencia intrafamiliar.
- 47 casos están pendientes de clasificación.
En cuanto al modus operandi, se detalla lo siguiente:
- 75 homicidios fueron cometidos con arma de fuego.
- 53 con arma blanca o cortopunzante.
- 10 con objetos contundentes.
- 4 por ahorcamiento.
- 3 por asfixia mecánica.
- 1 por sumersión.
- 1 caso está en proceso de esclarecimiento.
Las cifras muestran un aumento sostenido en el uso de armas blancas en riñas, lo que preocupa especialmente a las autoridades por su letalidad y por la dificultad de prevenir este tipo de ataques espontáneos.
Los expertos insisten en la necesidad de una estrategia integral de seguridad que incluya un componente social y territorial fuerte, más allá del enfoque represivo.
A.U.