Sídney (Australia), 26 mar – El Gobierno de Australia anunció este martes un proyecto de ley para endurecer los límites de las emisiones contaminantes de los vehículos, aunque con topes más relajados para modelos todorreneo, en un contexto de presión de la industria del motor que teme que se eleven los precios.
La propuesta, que se presentará mañana ante el Parlamento de Camberra, pretende reducir las emisiones contaminantes de los vehículos de pasajeros en más de un 60 % para el año 2030, según un comunicado del ministro australiano de Cambio Climático y Energía, Chris Bowen, y la titular de Infraestructuras, Catherine King.
De aprobarse la llamada Ley de Estándares de Eficiencia para Los Nuevos Vehículos, Australia dejará de ser uno de los dos países del mundo, junto a Rusia, sin normativas para limitar la contaminación de los coches de pasajeros.
Asimismo, el Gobierno decidió recategorizar como «vehículos ligeros comerciales» a los modelos todoterreno Prado y Landcruiser de Toyota, el Nissan Patrol, Ford Everest, Mitsubishi Pajero (Montero) e Isuzu MUX, que son muy populares entre los australianos y que anteriormente habían sido considerados «vehículos de pasajeros».
El Ejecutivo de Camberra explicó en el comunicado que esta recategorización servirá para «relajar» la trayectoria de estos vehículos hacia el cumplimiento de los topes de emisiones en Australia, por lo que se le aplicarán topes menos estrictos.
«Hemos realizado amplias consultas durante algún tiempo para conseguir el modelo adecuado para Australia, un modelo que aumente las posibilidades de elección, reduzca las emisiones, sea sostenible y eficaz, y suponga un ahorro de combustible para los consumidores», dijo King en una rueda de prensa hoy en Camberra, al justificar la propuesta.
En un principio, el Gobierno australiano había expresado en febrero pasado que esperaba que estos vehículos ligeros comerciales reduzcan sus emisiones en un 60 % para finales de la década.
Pero la propuesta actual contempla que la reducción sea de un 50 % de aquí a 2029 si los fabricantes quieren evitar sanciones, como resultado de las consultas con miles de representantes, entre ellos de la poderosa industria automotriz.
«Básicamente como Toyota queremos ser capaces de ofrecer vehículos prácticos, capaces y asequibles», dijo el director ejecutivo de la filial de Toyota en Australia, Matthew Callachor, en una rueda de prensa hoy junto a King, Bowen y otros representantes de la industria del motor en el país oceánico.
El Gobierno del laborista Anthony Albanese también indicó hoy que aplazará en seis meses la fecha de la entrada en vigor del régimen de comercio de créditos de carbono para el sector automotriz hasta el 1 de julio de 2025.
Asimismo, el Ejecutivo de Camberra anunció que inyectará 60 millones de dólares australianos (39,2 millones de dólares estadounidenses o 36,2 millones de euros) para que se coloquen cargadores eléctricos en los puestos de venta de coches.
EFE