Bangkok, 5 feb – El Gobierno de Australia expresó este miércoles su preocupación por la salud del escritor Yang Hengjun, ciudadano australiano de origen chino, que fue condenado hace justo un año en China a una pena de muerte suspendida por espionaje.
«Nos preocupan seriamente la salud y el estado de salud de Yang. Seguimos presionando para garantizar que se satisfagan sus necesidades y que reciba la atención médica adecuada», apuntó en un comunicado la ministra australiana de Exteriores, Penny Wong.
Yang, un exfuncionario del Ministerio de Seguridad de China que escribía sobre temas políticos de China y EE.UU. en un exitoso blog, padece de una grave infección renal y su salud se ha deteriorado por las condiciones de su reclusión y la administración errática de medicamentos, según comunicados previos de su familiares.
«Yang tiene derecho a estándares básicos de justicia, equidad procesal y trato humano, de conformidad con las normas internacionales y las obligaciones legales de China», remarcó hoy Wong y subrayó que el gobierno australiano mantendrá su presión para lograr su liberación y regreso.
El escritor, de 58 años y quien obtuvo la ciudadanía de Australia en 2002, tras emigrar allí en 1998, residía con su familia en Nueva York cuando a principios de 2019 fue detenido en el aeropuerto de Cantón al realizar una escala camino a Australia, en pleno aumento del deterioro de las relaciones entre Pekín y Camberra.
El 5 de febrero de 2024, un tribunal chino condenó a Yang a pena de muerte suspendida por acusaciones de espionaje, lo que impide su ejecución en los próximos dos años si no comete ningún delito grave, tras tres años de un juicio opaco.
Pasado ese período, la sentencia se conmuta de forma casi automática por la cadena perpetua siempre y cuando se considere que el académico, quien debe permanecer en prisión, ha mantenido un buen comportamiento.
En los últimos años, Australia y China han reconducido sus relaciones diplomáticas, lo que ayudó a la liberación y regreso en octubre de 2023 de la periodista chino-australiana Cheng Lei, tres años después de ser detenida por la supuesta violación de la ley de secretos de Estado.
EFE