Medellín (Colombia), 21 sep – Solo la poderosa Corea del Norte, actual finalista del Mundial Femenino Sub-20 y campeona en 2006 y 2016, pudo enviar a casa a la selección austríaca, una debutante que no se conformó con participar e inspirar.
De Colombia se llevó elogios, una memorable clasificación a octavos de final y el rótulo de revelación por sus resultados y su desempeño.
«Creo que la participación ya fue un evento histórico y que hayamos llegado a los octavos de final fue realmente importante. Una experiencia muy bonita para nosotros. Espero que muchas jóvenes hayan visto o se hayan enterado para que simplemente se animen a jugar fútbol en Austria», le expresó a la Agencia EFE el seleccionador austríaco, Markus Hackl.
Al igual que Fiyi, Camerún y Marruecos, la undécima edición del torneo sub-20 se convirtió en la primera experiencia de Austria, que nunca antes se había clasificado para una Copa Mundial Femenina en cualquier categoría.
No la tuvo fácil de entrada. Quedó ubicada en el Grupo E junto a la exuberante Japón, la otra finalista, campeona en 2018 y quizá la participante con mejor expresión futbolística.
Los otros rivales fueron Ghana y Nueva Zelanda, dos exámenes nada sencillos para un debutante.
Con ese panorama, echaron mano de algo de dinámica con y sin balón, fueron agresivas en la presión y se aferraron a la pelota quieta, aprovechando la talla y biotipo de sus jugadoras, además de la pegada de la mediocampista Nicole Ojukwu.
El camino en Colombia
A las jóvenes austriacas les correspondió estrenarse con las Estrellas Negras, como es conocido el seleccionado ghanés, al que superó 2-1 para hacer historia en su primer juego gracias a los goles de Hannah Fankhauser y Ojukwu.
Luego vino una prueba decisiva ante las neozelandesas, en un partido que definiría su clasificación anticipada. Y no defraudó. Una victoria 3-1 con el doblete de Sarah Gutmann y la anotación de Valentina Maedl partió en dos la historia del fútbol austriaco al obtener el boleto a los octavos de final tras llegar a seis puntos.
Finalmente, las dirigidas por Hackl dieron lucha ante las Nadeshiko, que se alistan para jugar su tercera final consecutiva. No lograron detenerlas, como tampoco pudieron Nigeria, España y Países Bajos. Un doblete de la delantera Maya Hijikata firmó 2-0 el partido.
En octavos la suerte no favoreció al «Equipo Maravilla», pese a clasificar segundo del grupo. Tuvo que cruzarse con otro candidato al título: Corea del Norte. Aunque el marcador fue largo (5-2), el desempeño de las austriacas estuvo a la altura.
Afectó su propuesta basada en el colectivo la expulsión de Ojukwu. Con 10, fue muy difícil ante un rival que juega de memoria y tiene mucha calidad.
«Creo que la tarjeta roja giró el partido en una dirección», opinó el técnico Hackl, quien dijo sentirse «muy orgulloso» de las jugadoras porque «siempre dieron todo en su primera participación en un mundial».
Austria, que en 2011 empezó a sentar las bases con la academia femenina creada por la Asociación Austríaca de Fútbol (OFB), espera seguir dando pasos firmes con las selecciones juveniles nacionales porque el plan, según la entrenadora de la absoluta, Irene Fuhrmann, es que los jóvenes talentos «clasifiquen a tantas finales de Eurocopas y Mundiales como sea posible en un futuro próximo».
Con Hackl al mando y la experiencia mundialista, las austriacas se alistan ahora para disputar la clasificación femenina sub-19 ante Serbia, República Checa e Islas Feroe para el Campeonato de Europa Polonia 2025.
Por Jeimmy Paola Sierra
EFE