La jornada de movilización nacional de ayer unió a Medellín y sus calles se llenaron de marchantes que a viva voz entonaron, básicamente, el mismo clamor: dignidad laboral y dignidad de vida. Más de 8 mil personas acudieron al llamado enviando así un mensaje de unidad, y la manifestación fue tan variopinta que hasta la Asociación Sindical de Empleados de la Protección (ASEP), sindicato de la Unidad Nacional de Protección (UNP), se unió a la marcha.
La ASEP caminó y lo hizo con gracia; causó impresión porque es de las pocas veces que se les ha visto en una movilización nacional. El sindicato distribuyó un comunicado en el que hacía públicas diferentes crisis dentro de la UNP: fallas en planeación, desorden administrativo y financiero, presunta corrupción, y detrimento patrimonial figuraron en sus denuncias.
En el camino, también se movilizó el magisterio, los defensores de derechos humanos, los estudiantes, el área de la salud y cientos de trabajadores y ciudadanos que sentían en sus pasos un mensaje para dar. Ayer marchó Medellín, y lo hizo sin problemas.
A diferencia de años pasados, esta vez la marcha transcurrió tranquila: no hubo enfrentamientos, no hubo gases, no hubo explosivos, no hubo agredidos y tan poco agresores. La policía mantuvo la cordura que en tiempos del general José Ángel Mendoza, cuando era comandante de la Meval, solía perder con facilidad: distinto a esa época, hoy el cuerpo policial no aplicó medidas de choque; y ni siquiera lo intentó.
Ayer marchó Medellín, y lo hizo en completa paz.
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Píldora urbana
Sin embargo, El Colectivo de Comunicación informó que luego de la concentración en la Alpujarra, en inmediaciones de la Estación Cisneros del Metro un grupo de marchantes fue agredido por El ESMAD de la policía, se espera un pronunciamiento de la Meval para que aclare los hechos. Continuar leyendo aquí
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