Por Diana López Zuleta (@dianalzuleta)
¿Qué es esto? El fogonazo en mi piel, el placer iridiscente, esa euforia en el pelo, en los brazos, en esta manera de moverme. Bailando, cantando a todo pulmón, sintiendo la música como si no la oyera sino que recorriera mis venas.
¿Qué es esto? Los ojos cerrados, el ritmo de las caderas, los pasos urgentes. Afuera, todo sigue igual —las nubes plomizas, el ruido de la calle, la vibración chocante de la ciudad—, pero dentro de mí la alegría brota con furia.
¿Qué es esto? Que me hace recordar que no soy solo tristeza, ni nostalgia, ni miedo. Que me recuerda que la alegría siempre ha estado ahí, envolviéndome, agitándome, llevándome al borde hasta que digo: Ya está, me cansé.
¿Qué es esto? Estas ganas de bailar tanto. De reírme, de palpitar con consciencia, de querer que las paredes resuenen: aquí, allá. ¿Qué es esta alegría que me hace olvidar la pena por la muerte, la ilusión marchita, el temor a la desintegración?
¿Qué es esto que llevo en la sangre? ¿Y qué significa ese murmullo triste que me arrastra como un huracán, que reaparece como si nunca se hubiera ido? La astilla en la garganta, la prisa por llorar, el deseo de quedarme inmóvil.
Desde hace varios años, cuando visito a mi mamá, una costumbre se ha ido implantando entre las dos de forma silenciosa: ella vuelve a abrir los álbumes, algunos ya descosidos por el tiempo, y las fotografías, desprendidas de las hojas adhesivas. Entonces, me muestra fotos que ya he visto una y otra vez. Repasa, contando la historia de cada imagen, deslizando el dedo, como si acariciara el momento ido.
Mira, cuando te disfrazaste de rumbera. Mira, este vestido te lo regaló tu tía Nancy. Mira…
De campesina, de payasa, de astronauta. Disfrazada de flor, de fresa, de dama antigua. O de gitana, o de rockera, o de hawaiana, o de Blancanieves.
Ella se detiene en otra imagen: Mira, ese día te metiste en el aguacero con el disfraz puesto —era rojo— y se destiñó, y tú bailabas en medio de la lluvia.
¿Qué es esto? La añoranza de la lluvia, de bailar, de saltar. De sentir urgencia de alegría bajo la lluvia.
¿Y qué es esta urgencia de estar triste y de romperme hoy, y de remendarme al mismo tiempo, de levantarme sobre mis restos?
Tomado de La Nueva Prensa