Washington, 11 sep – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se puso brevemente una gorra de la campaña de Donald Trump durante una visita al cuartel de bomberos de Shanksville (Pensilvania), la localidad donde se estrelló uno de los aviones de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En un mensaje en la red social X, el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, explicó que Biden estaba hablando con un grupo de bomberos, familiares y amigos de los fallecidos cuando mencionó la necesidad de que los dos partidos, demócratas y republicanos, recuperen la unidad que mostraron tras los atentados del 11-S.
Según Bates, como gesto de buena voluntad, Biden entregó una gorra a un seguidor de Trump que estaba entre el público. A continuación, ese seguidor instó al presidente a ponerse una gorra de Trump.
El mandatario accedió y, por unos segundos, se puso la gorra que tenía el nombre de «Trump» escrito en letras azules sobre un fondo rojo. La gorra también estaba adornada con una bandera de EE.UU. y con el número «2024» en blanco, en referencia a las elecciones de noviembre.
Biden y la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, además candidata demócrata para estos comicios, han visitado este miércoles todos los lugares donde, hace 23 años, se produjeron los atentados que acabaron con la vida de casi 3.000 personas.
A primera hora del día, Biden, Harris y Trump coincidieron en Nueva York en el homenaje que cada año celebran los familiares y amigos de quienes murieron en las Torres Gemelas.
Durante ese homenaje, Harris y Trump se saludaron cordialmente con un apretón de manos, apenas horas después de que ambos protagonizaran un intenso debate televisado en su carrera hacia la Casa Blanca.
Posteriormente, Biden y Harris asistieron a una ceremonia en Shanksville (Pensilvania), para recordar a las 40 víctimas del vuelo 93 de United Airlines, que se estrelló en un descampado en esa localidad de Pensilvania.
Por último, acudieron a la ceremonia para rendir homenaje a quienes perdieron la vida cuando uno de los aviones se estrelló en el Pentágono.
EFE