Río de Janeiro, 16 mar – El expresidente brasileño Jair Bolsonaro aseguró este sábado no tener miedo de «ningún juicio» y se declaró víctima de una «persecución», tras el testimonio de dos excomandantes de las Fuerzas Armadas que lo acusaron de intentar un golpe de Estado para anular las elecciones de 2022.
«Podría estar muy bien en otros países, pero preferí volver a Brasil con todos los riesgos que conlleva. No tengo miedo de ningún juicio, siempre que los jueces sean imparciales», afirmó el líder ultraderechista en un acto político en Río de Janeiro.
El exgobernante (2019-2022) participó en el lanzamiento de la candidatura para alcalde de Río del diputado Alexandre Ramagem, quien fue jefe de la Agencia Brasileña de Inteligencia durante su Gobierno y es a su vez investigado en la Corte Suprema por espionaje ilegal durante ese periodo.
Haciendo un paralelismo con su difícil situación judicial, Bolsonaro le dijo a Ramagem: «No faltarán personas para perseguirte, para intentar derrotarte y para acusarte de las cosas más absurdas, hasta de molestar a una ballena».
El exjefe de Estado aludió así a un caso en el que se le investiga por supuestamente «molestar» de forma intencionada a una ballena el año pasado durante una excursión en el litoral de São Paulo.
Ante esto, Bolsonaro se declaró víctima de «persecuciones» judiciales.
«Pero nosotros somos ciudadanos de bien, somos la mayoría, somos la parte que más trabaja en relación a la izquierda», manifestó.
Bolsonaro no mencionó de forma explícita los reveladores testimonios de los exjefes del Ejército y la Fuerza Aérea, divulgados el viernes por el Supremo y que lo sitúan en el centro de la trama golpista que buscó impedir que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el poder el 1 de enero de 2023.
Marco Antonio Freire Gomes y Carlos Baptista Júnior, excomandantes del Ejército y la Aeronáutica, declararon ante la Policía que se reunieron varias veces con Bolsonaro y sus asesores más próximos, y que estos les propusieron sumarse a su plan para anular las elecciones de 2022 y mantener en el poder al líder ultraderechista.
En esos encuentros, según sus testimonios, se les planteó activar diversos dispositivos constitucionales, como una intervención militar bajo el pretexto de una supuesta «grave perturbación del orden» público, o un decreto del estado de sitio para investigar la legalidad del proceso electoral que ganó Lula.
En el acto de este sábado, Bolsonaro, que apenas figura como investigado en la causa por golpismo, también cuestionó su inhabilitación de ocho años dictada por el Tribunal Superior Electoral, que el 30 de junio de 2023 lo condenó por lanzar bulos y encabezar una campaña de descrédito contra las instituciones.
«Venezuela inhabilita opositores, Nicaragua los detiene… Y en Brasil, ¿Por qué me declararon no elegible, por qué?», se preguntó.
Pese a ello, manifestó su intención de «continuar en la política» para que «nadie fuera del pueblo decida quién va a ser o no candidato».
En un tono más electoral, Bolsonaro criticó las políticas del Gobierno de Lula, al que acusó de «estar amenazando la libertad», «querer censurar los teléfonos celulares», «aumentar la carga tributaria» y poner restricciones a la venta de armas de fuego para la población civil.
EFE