Bruselas, 12 julio.- El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, instó este lunes a las autoridades de Cuba a «permitir» las manifestaciones pacíficas de protesta y a «escuchar» a sus participantes.
«Quiero pedir al Gobierno que permita estas manifestaciones pacíficas y escuche las manifestaciones de descontento de los manifestantes», señaló Borrell en una rueda de prensa tras un Consejo de ministros de Exteriores de la UE.
El político español explicó que la situación en Cuba no estaba en el orden del día del Consejo ya que los acontecimientos en la isla se venían desarrollando en las últimas horas.
«He comentado con los colegas las noticias que estaban llegando de Cuba. Por lo que sabemos, ha habido importantes manifestaciones en un importante número de ciudades de protesta por la falta de medicinas, por la extensión de los afectados por la COVID y también protestas en contra del régimen», señaló.
Borrell apuntó a que ha sido una «manifestación de descontento que, por lo que sabemos, ha alcanzado una dimensión que no se conocía desde 1994».
Apuntó que ha habido un «número importante de manifestaciones y ha habido también una respuesta por parte de las fuerzas del orden que, por el momento, se ha producido de forma que no ha significado encontronazos especialmente violentos, por las noticias de las que dispongo».
En todo caso, aseveró que «hay que decirlo todo con mucho cuidado y mucha atención porque los acontecimientos pueden cambiar en las próximas horas».
«El tema no ha sido objeto de discusión pero, ciertamente, quiero expresar el derecho del pueblo de Cuba a expresar sus opiniones de una forma pacífica», subrayó.
Según fuentes europeas, Borrell mencionó en el Consejo de Exteriores la situación en Cuba «sin explayarse», «sin pronunciarse» y sin valorar «de manera muy adjetiva» ni «en profundidad».
Las fuentes justificaron que las protestas en Cuba no tuvieran más recorrido en esta reunión de ministros de Exteriores en el hecho de que se trata de una situación «sobrevenida» y, por tanto, resulta «prematuro» pronunciarse al respecto.
Este proceso «político-social» hay que ver «si se prolonga o adquiere una cariz más consistente» para poder analizar la situación en la isla caribeña con mayor perspectiva, según las fuentes.
Miles de cubanos tomaron las calles el domingo para protestar contra el Gobierno al grito de «¡libertad!» en una jornada inédita que se saldó con decenas de detenidos y enfrentamientos después de que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel conminara por televisión a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes y defender la Revolución.
Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado «maleconazo» de agosto de 1994, se producen con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad rutinarios.