Marzo 25 de 2025- La italiana Federica Brignone, de 34 años, que el pasado sábado se había asegurado matemáticamente la general de la Copa del Mundo de esquí alpino y el triunfo en el descenso, le puso el broche de oro a la mejor temporada de su carrera al adjudicarse también el Globo de Cristal de gigante; tras acabar segunda la última prueba de la disciplina, que ganó este martes en Sun Valley (EEUU) otra ilustre veterana, la suiza Lara Gut-Behrami.
Gut, de 33, logró su cuadragésima octava victoria en la competición de la regularidad -la segunda de la temporada- al cubrir las dos mangas de la pista Greyhawk/Hemingway -con salida a 2.242 metros de altitud y un desnivel de 400- en un tiempo ganador de dos minutos, diez segundos y una centésima: exactamente catorce menos que Brignone y con 80 de ventaja sobre la sueca Sara Hector, de 32, que completó un podio de auténticas expertas en el que todas mantuvieron los puestos que ocupaban tras la primera bajada.
La neozelandesa Alice Robinson, que había llegado líder de la Copa del Mundo de la disciplina a Estados Unidos -con 20 puntos de ventaja sobre Brignone, la única que se la podía arrebatar-, perdió toda opción al salirse de recorrido en la primera manga, por lo que acabó llorando y sin poder disputar la segunda.
Abrió el último gigante del curso la propia Brignone, que en febrero se había proclamado campeona mundial de la disciplina en Saalbach (Austria) y que el pasado sábado firmó por segunda vez en su carrera -después de su triunfo en 2020- el triunfo final en la Copa del Mundo; al tiempo que, gracias a la suspensión de los descensos, capturaba el Globo de Cristal de la disciplina reina.
La campeona milanesa, con el dorsal 1, cometió un fallo en la zona intermedia de la muy técnica pista de la estación del estado de Idaho, y, pensando que la había pifiado de forma clara, mostró su enfado en zona de meta, arrojando sus bastones al suelo. Pero su bajada no había sido para nada tan mala, porque en el primer acto sólo mejoró su tiempo Gut, que el pasado domingo capturó -por sexta vez- la Copa del Mundo de supergigante.
Lara -a la que ‘Fede’ sucedió en el historial general y en el de la Copa de la disciplina- había sorteado las 48 puertas del primer recorrido en un minuto, cuatro segundos y siete centésimas, 45 menos que la italiana y con 68 de ventaja sobre Hector, actual campeona olímpica de la disciplina -hace tres años, en los Juegos de Pekín 2022-, que ocupaba la tercera plaza provisional.
La primera manga se convirtió en un auténtico calvario para unas cuantas competidoras, porque poco después, con el dorsal 6, bajó la estadounidense Paula Moltzan, que perdió el bastón derecho y, cuando estaba completando toda una clase magistral de equilibrio, acabó perdiendo el control de los esquís en la parte baja de la pista. La esquiadora de Minnesota acabó, por fortuna sin lamentar daños, incrustada en las redes de protección. Y la carrera estuvo interrumpida durante unos instantes.
Acto seguido tomaba la salida Robinson, que en Saalbach había sido subcampeona mundial, de nuevo justo detrás de Brignone. La oceánica también se salió de recorrido, no pudo disputar la segunda manga y acabó completamente frustrada.
Si primero había sido la italiana la que se enojaba, minutos después iba a ser Robinson la que lloraba en meta, consciente de haber perdido la opción de ganar la Copa, al haber sido incapaz de completar un recorrido excesivamente complicado. Algo que quedó sobradamente confirmado cuando la croata Zrinka Ljutic, cuyo padre y entrenador, Amir Ljutic, había efectuado el marcaje de pista, también se salió de la misma en una primera manga en la que no acabaron ocho de las 28 participantes.
Con Robinson fuera de combate, a Brignone le valía ser decimotercera -en las finales sólo puntúan quince- para ganar la Copa del Mundo de gigante. Pero la pista no perdonaba errores, como probaba también que la cuarta clasificada provisional, Sofia Goggia, estaba a segundo y medio de Gut; y que otra italiana, la joven Lara Colturi (18 años), que compite por Albania, era quinta: a dos segundos.
La noruega Thea Louise Stjernesund -que acabaría cuarta, justo detrás de Colturi-, era sexta, a 2.17.
Así que Brignone tenía que mantener la calma e intentar que en esta ocasión, el marcaje de pista -de uno de los técnicos del equipo italiano, Giorgio Pavoni- sí fuese determinante.
Una hipotética salida de pista de la transalpina supondría que Alice cambiase sus lágrimas de dolor por lágrimas de alegría. Pero Brignone, que el domingo perdió la opción de firmar un pleno de victorias en todas las disciplinas que disputa -no lo hace en eslalon- al asumir el contundente triunfo de Gut -carrera y Copa- en el ‘súper’, no iba a ceder una segunda vez.
La austriaca Stephanie Brunner, única de su país en disputar la manga decisiva, había marcado la primera referencia buena antes de firmar la remontada del día, ascender siete plazas y acabar décima.
En la resolución, Colturi no mejoró a Stjernesund. Goggia se salió; y Sara Hector, a la que nadie le regaló el oro olímpico, mejoró en segundo y medio el crono de la noruega: sacándola del podio y asegurándose una plaza en el ‘cajón’ a falta de que bajasen las dos primeras.
Llegaba la hora de la verdad para Brignone. Era cuestión de asegurar. Pero la campeona de Milán no lleva un tigre en su casco por casualidad. Se olvidó de cálculos y se lanzó a por el triunfo. Superó en 66 centésimas a la noruega, con el mejor crono de la segunda manga. Y demostró, una vez más, que la tigresa es ella.
‘Fede’, que celebró la captura de una nueva Bola de Cristal, no pudo festejar su undécima victoria en la mejor temporada de su vida, porque por sólo catorce centésimas a su fiesta se unió Gut, la gran dama del esquí suizo. Ganadora de todo en el deporte rey invernal. Que en el tramo final de una temporada que no discurrió del todo como ella hubiese deseado confirmó el segundo puesto general, se convirtió en la única de la historia -hombre o mujer- en ganar seis veces el Globo de supergigante; y añadió en Sun Valley dos triunfos que elevan a 48 su número de victorias en Copa del Mundo.
Lara lleva tres más de las que cuenta su compatriota Marco Odermatt, al que entrena el español José Luis Alejo -que explicó a Efe que Marco es «un campeón sencillo, un ‘disfrutón’ y un gran compañero»-. Con la general ya asegurada por cuarto año seguido antes de volar a Estados Unidos, ‘Odi’, que tampoco disputa pruebas de eslalon, repitió este curso el pleno que logró la temporada pasada. Así que cuando acabe el gigante de este miércoles -en el que no renunciará a su cuadragésima sexta victoria en la competición de la regularidad- recogerá asimismo la Copa del Mundo de una disciplina en la que también es el actual campeón olímpico.
EFE
Adrián R. Huber