Colombia, 19 de octubre del 2023 – La historia de la muerte del pequeño Maximiliano Tabares Caro, de 6 años, es triste, truculenta y despreciable. El niño fue golpeado indiscriminadamente durante dos días por integrantes de la secta satánica Los Carneros, con sede en Remedios, Nordeste antioqueño, en medio de un ritual para ubicar una supuesta guaca con oro en Segovia.
El hecho ocurrió el 20 de septiembre del año 2022. La Fiscalía General de la Nación descubrió que ese día, Robinson Esmit Arboleda Ramírez, alias Orejas, el Orejón o el Meditador, con la complicidad de dos personas más, se llevó mediante engaños al niño en un motocarro con rumbo a un paraje desconocido de la zona rural del municipio vecino de Segovia. Orejas era quien, según sus compinches, tenía visiones, hablaba con espíritus y transmitía al líder las peticiones e información que los espíritus le confiaban.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses informó que al menor le fueron causadas laceraciones, heridas y contusiones durante casi 48 horas hasta que murió por un trauma craneoencefálico provocado por objeto contundente que le generó una fractura a lo largo de las líneas de sutura en el cráneo.
Al día siguiente de su desaparición, miércoles 21 de septiembre, la madre de la víctima, Sandra Patricia Caro Pérez, vinculada al proceso, reportó que no tenía noticias del menor y aseguró que este fue por unas arepas a una tienda del corregimiento La Cruzada, de Remedios, donde residía, y no regresó.
Policía y Fiscalía iniciaron la respectiva investigación. La comunidad empezó a buscar a Maximiliano por todos lados y la Administración Municipal ofreció una recompensa de hasta 60 millones de pesos por información que condujera a su paradero.
Los responsables de la desaparición y muerte del niño Maxi, según los primeros indicios, son señalados integrantes de la secta Los Carneros: Arboleda Ramírez; la madre del niño, Sandra Patricia; el padrastro Fabio Andrés Carmona Ramírez, alias el líder; y la abuela materna Damaris Estela Pérez Escalante. La Policía los capturó en octubre de 2022, junto a otras dos personas: Fabián Alberto Monsalve, compañero sentimental de Damaris; y Susana Ceballos, pareja de alias Orejas, quienes vivían en la misma vivienda del niño. En total, seis personas fueron llevadas ante la justicia, todas familiares del menor.
Ya varios ciudadanos sospechaban de ellos, inclusive, días antes de la captura intentaron linchar a Sandra Patricia, acción que fue controlada por la Policía. La razón: sabían que en la casa de Maxi se realizaban conjuros, hechizos y rituales satánicos.
El día del allanamiento, en el inmueble fueron hallados muñecos vudú, velas, incienso, imágenes de la muerte, calaveras, el diablo, hierbas, pentagramas, pirámides y libros de brujería y conjuros satánicos.
El padrastro de Maxi era el líder de la secta, quien impartía las órdenes y quien controlaba las acciones del grupo, que tenía la creencia que mediante brujería podrían encontrar minas de oro y guacas con tesoros y dinero. Por eso, en medio de un ritual mataron al niño, creyendo que así ubicarían una supuesta guaca con oro en Segovia.
El niño fue hallado gracias a la confesión de alias Orejas, quien el 27 de octubre de 2022 señaló el sitio en el que fue sepultado Maxi.
Un juez de control de garantías envío a la cárcel a la mamá Sandra, por los delitos de desaparición forzada agravada a título de autora y tortura a título de cómplice; al padrastro Fabio Andrés por desaparición forzada agravada y tortura; a la abuela Damaris, por tortura a título de cómplice; a su pareja, Fabián Alberto, por tortura a título de cómplice; a alias Orejas por desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplice; y a su compañera sentimental Susana, por desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplice.
Alias Orejas, condenado a 40 años
Por su parte, Susana Ceballos Zapata, alias la Discípula o la Sumisa, compañera sentimental del condenado, fue sentenciada a 5 años y 8 meses de cárcel por los punibles de favorecimiento de homicidio agravado, favorecimiento de tortura agravada y favorecimiento de desaparición forzada agravada.
Un juez especializado de Antioquia falló con base en el preacuerdo celebrado entre la Fiscalía General de la Nación y la defensa de los procesados. La audiencia de lectura de fallo fue programada para el próximo 1 de noviembre.
Robinson Esmit Arboleda Ramírez, alias Orejas o el Orejón, fue condenado a 40 años y 10 meses de prisión por los delitos de homicidio agravado, tortura agravada y desaparición forzada, de los cuales fue víctima Maximiliano.
Por los mismos hechos ya están acusados y en etapa de juicio, la madre del menor, el padrastro, la abuela materna y su compañero sentimental.
A.U.