Redacción Análisis Urbano
Su nombre era Ramón Darío Giraldo Ramírez, se identificaba con la cédula de ciudadanía 70.036.326, y fue reportado como desaparecido el 28 de agosto de 2015; luego de que Medicina Legal de Medellín extraviara su cuerpo. En una práctica que ya es repetida, esta institución recibió a Giraldo, lo identificó, le realizó la necropsia número 1656 y nunca entregó el cuerpo a su familia; el cadáver fue entregado a personas ajenas a los familiares en hechos que la entidad aún no explica.
Al igual que Giraldo, Fabio de Jesús Álvarez Jaramillo también ingresó sin vida a Medicina Legal, también fue identificado, también se le realizó la necropsia esta vez con el número 1556, y también tuvo que ser reportado como desaparecido, el 13 de septiembre de 2015, porque Medicina Legal tampoco entregó el cuerpo a sus familiares. Giraldo y Álvarez son los nuevos cadáveres extraviados en esta institución.
Medicina Legal viene acumulando un prontuario en extravío de cuerpos que aún no cobra la cabeza de ninguna directiva por negligencia. Respecto al cuerpo de Fabio de Jesús Álvarez Jaramillo, funcionarios que trabajan dentro de esta dependencia afirmaron a Análisis Urbano que este caso cuenta con una gravedad: el cadáver habría sido cremado sin autorización y las cenizas se encontrarían dentro de la institución, no conocen la ubicación exacta (dónde las dejaron) y por eso la institución se niega a dar respuesta a la familia.
¿Qué pasa en la morgue o Medicina Legal de Medellín? Esta no es la primera denuncia ni el primer antecedente de esta seccional. El 18 de julio de 2014, Gildardo Ochoa Arenas también fue desaparecido dentro de Medicina Legal y luego se supo que fue desechado junto a la basura biológica de la institución y posteriormente incinerado. “Una equivocación”, fue lo que dijo sobre este caso el director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés.
Ya son cuatro los cuerpos extraviados
Ramón Darío Giraldo Ramírez y Fabio de Jesús Álvarez Jaramillo son los casos recientes de desaparición de cadáveres dentro de Medicina Legal en Medellín. Pero en el 2014 se presentaron otros dos casos, el de Gildardo Ochoa Arenas y el de Yamileison Córdoba, de 24 años, extraviado también en julio de ese año.
Gildardo Ochoa Arenas fue hallado el 4 de julio de 2014 en un caño de la finca la Trilogía, en la vereda Dos Santos del municipio de Santa Bárbara. Ese día se hizo el levantamiento de cadáver de un cuerpo que estaba en alto grado de descomposición y casi “esqueletizado”, así que, aunque había pistas de su identidad, para lograr su plena identificación los restos fueron trasladados desde el hospital local hacia Medicina Legal en Medellín, a donde llegó el 10 de julio según la noticia criminal 34828 de la Fiscalía. Ocho días después el cadáver desapareció de la morgue.
Por este caso, el director Regional Noroccidente de Medicina Legal, Quebin Fabián Mejía, se presentó en Fiscalía para denunciar “el hurto” de los restos ya que aún no sabía que el extravío había obedecido a la incompetencia dentro de la seccional Medellín que tiene a su cargo. Al parecer, Karen Cristina Arango, quien era la coordinadora de Antropología de la seccional –además de esposa del director Quebin Fabián Mejía- se fastidió con el olor de los restos y ordenó trasladarlos a la morgue. Fue entonces que algún asistente los echó en una de las bolsas destinadas a los desechos biológicos y lo trasladó al lugar ordenado, sitió en el que fue confundido e incinerado con el resto de basura biológica.
Este hombre fue asesinado y la investigación quedó casi nula debido a que la identificación plena del cuerpo quedó incompleta y es imposible determinar con pruebas de ADN si se trataba del mismo hombre, Gildardo Ochoa Arenas, quien desapareció de la vereda. La identidad presuntiva fue dada por indicios existentes en la municipalidad de donde venía y por el Informe Especial de Odontología Forense de Karen Cristina Arango, médica perito.
La médica describió: “ausencia total de las estructuras dentales maxilar inferior”, pero durante los ocho días que permaneció el cadáver en la institución nadie le practicó el estudio antropológico completo. Según El Tiempo, a esas conclusiones habría llegado basada en las fotografías que rutinariamente se toman cuando llegan unos restos óseos al instituto para corroborar la identidad. Irónico que unas fotos hayan salvado su trabajo y justo ahora ordenen clausurar del servicio de fotografía en Medicina Legal Medellín.
El otro cuerpo extraviado era de Yamileison Córdoba, quien murió durante los bombardeos del 11 y 12 de julio de 2014 en Vigía del Fuerte, límites entre Antioquia y Chocó, en un operativo del Ejército contra las Farc, en el que murieron 14 guerrilleros. Córdoba murió en el operativo y fue señalado por las autoridades como integrante de la guerrilla. Su cuerpo quedó irreconocible debido al bombardeo así que fue trasladado a Medicina Legal para su identificación.
Ninguno de los familiares lo pudo reconocer pero Medicina Legal les entregó un cuerpo que identificaron como Yamileison Córdoba, al que velaron, lloraron y enterraron; días después, la misma institución contactó a la familia: el cadáver debía ser exhumado para “un protocolo de plena identificación”. Dos cuerpos fueron trocados negligentemente y no se supo a quién enterraron y cuál fue el verdadero destino de Córdoba. Otra “equivocación” tal vez habría dicho el director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, pero este caso no fue tan publicitado.
Otras denuncias
Análisis urbano también conoció la inconformidad que existe al interior de Medicina Legal por presuntos malos manejos del director Regional Noroccidente de Medicina Legal, Quebin Fabián Mejía, y del director Seccional Antioquia, German Alberto Cadavid Restrepo. Fuentes dentro de la institución denuncian que en el Área de Patología no sólo desaparecen cadáveres sino que también estarían desapareciendo órganos de los cuerpos y que los directivos conocerían esta situación.
Según la fuente, el director Medicina Legal Seccional Antioquia, German Alberto Cadavid Restrepo, supuestamente, habría dado autorización para que bancos de órganos –ajenos a la institución- retiren de los cuerpos lo que necesite, sin que quede registro alguno del retiro. Del mismo directivo, y de Quebin Fabian Mejía, Análisis Urbano también recibió denuncias por acoso laboral, mala gestión, negligencia, mala comunicación con subalternos y maltrato laboral. Incluso Sindemedilegal, el sindicato de Medicina Legal, en octubre de 2015, hizo una encuesta de percepción de gestión del director Regional Noroccidente que arrojó un 62% que lo consideraba inadecuado y un 30%, regular.
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Cuando se extravió el cuerpo de Gildardo Ochoa Arenas, en julio de 2014, el director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, dijo entonces: “Lo que puedo asegurar es que va a haber sanciones porque en los 100 años del instituto no se había presentado un caso así”. En menos de dos años ya se han presentaron cuatro casos (¡cuatro!), todos en Seccional Medellín, y hasta ahora ninguna directiva ha dejado su cargo, ni siquiera por vergüenza.
En resumen, en Colombia desaparecen hasta en Medicina Legal.