Riga, 13 oct – Los lituanos acudieron este domingo a las urnas para renovar el Parlamento, en unos comicios en los que lidera el recuento el Partido Socialdemócrata que, en medio del ascenso de un nuevo partido populista, quiere formar un Gobierno de centro-izquierda que mantendrá su apoyo a Ucrania y el aumento del gasto en defensa.
En las elecciones generales en el país báltico, que tiene frontera con Rusia y es miembro de la OTAN y de la Unión Europea (UE), 2,4 millones de lituanos con derecho a voto estaban llamados a votar en los primeros comicios al Parlamento unicameral o Seimas desde la invasión rusa de Ucrania.
La participación ascendió al 52,06 % en estos comicios, en los que 70 escaños son elegidos proporcionalmente por listas en una circunscripción nacional y 71 por sistema mayoritario a dos vueltas en distritos uninominales.
Según la Comisión Electoral Central (CEC), con el 90,86 % de los votos escrutados, el LSDP logró un 20,73 %. Los socialdemócratas gobernaron por última vez de 2012 a 2016.
El ascenso de un nuevo partido populista
Les siguen con el 16,08 % la Unión Nacional-Demócratas Cristianos Lituanos (TS-LKD) de la actual primera ministra, Ingrida Simonyte, que lidera una alianza de centro-derecha.
Ella será probablemente sustituida por la socialdemócrata Vilija Blinkevičiūtė, exministra y actualmente eurodiputada, que aspira a formar un nuevo Gobierno de coalición de centro-izquierda.
El presidente lituano, Gitanas Nauseda, ha mantenido frecuentemente disputas con los conservadores y tras ganar un segundo mandato en mayo insinuó un posible cambio en el Ejecutivo.
En tercer lugar figura muy de cerca con el 15,93 % de los votos la recién fundada Nemuno Aušra (Nuevo Amanecer o NA), que se autodefine como fuerza de izquierdas pero es considerada populista y con opiniones cambiantes y de tendencia prorrusa.
NA fue constituido en 2023 por Remigijus Žemaitaitis, diputado que fue expulsado del conservador Partido Libertad y Justicia (PLT) por expresar opiniones antisemitas.
En total entrarán seis partidos en el Seimas, entre ellos el Movimiento liberal (7,21 %), la Unión de Campesinos y Verdes Lituanos (7,36 %) y la Unión Democrática «Por Lituania» (9,32 %).
Preocupación y el rompecabezas de las coaliciones
La líder de los socialdemócratas, Blinkevičiūtė, dijo a la televisión pública LRT que ve posibles socios de coalición en estas dos últimas fuerzas.
En principio, NA es visto por la mayoría de las fuerzas pesadas como un partido tóxico y ya ha habido llamamientos a evitar que forme parte de un Ejecutivo o al menos que Žemaitaitis ocupe un ministerio.
Éste descartó este domingo que se deje apartar. «Después de las elecciones, creo que tendremos un panorama completamente distinto. Si piensan que Žemaitaitis no será incluido en la coalición, les deseo suerte», afirmó, según LRT.
Para el experto de la Universidad de Vilna Simas Čelutka la cuestión más importante ahora es si Lituania seguirá siendo un país liberal, democrático y prooccidental.
«La perspectiva de tener a ciertas figuras radicales abiertamente pro-Kremlin, antiucranianas y antisemitas en puestos gubernamentales clave es profundamente alarmante», indicó a EFE.
«Esta preocupación está, por supuesto, relacionada con la situación internacional, especialmente con la guerra de Rusia contra Ucrania, que es existencialmente vital para la seguridad de Lituania. Lituania está obligada a seguir siendo un aliado clave de Ucrania (…)», señaló.
El apoyo férreo a Ucrania y la defensa, una política de Estado
Lituania, con una población de 2,8 millones de personas y que es el más meridional de los tres países bálticos, limita al este con Bielorrusia, aliada de Rusia, y al oeste con el enclave ruso de Kaliningrado, con una estrecha franja fronteriza con Polonia, el estratégico corredor de Suwalki, al sur.
Esta posición geográfica y su profundo conocimiento de Rusia como exrepública soviética, hacen que Lituania, que se independizó en 1990 y siempre ha mantenido una relación tensa con Moscú, mire con lupa los movimientos del Kremlin y que su apoyo a Ucrania y su seguridad sea hoy por hoy una política de Estado.
Casi todos de los partidos reafirmaron durante la campaña su apoyo inquebrantable a Ucrania y con un gasto de defensa de al menos el 3 % en 2025.
El plan de Nauseda es alcanzar un gasto en defensa del 3,5 % del PIB y el ministro de Defensa, Laurynas Kasčiūnas, incluso aspira a un 4 %.
Asimismo, Lituania -y con ella el flanco oriental de la OTAN- verá reforzada su seguridad con el despliegue permanente de una brigada completa de Alemania en 2026.
En clave nacional, los debates electorales se centraron sobre todo en asuntos como los cambios en el sistema fiscal, los problemas en los sistemas sanitario y educativo, y las correcciones en el sistema de pensiones.
Juris Kazha
EFE