Jarol Arbey Hurtado Quiñónez, patrullero de la Policía Nacional, fue cobijado con medida de aseguramiento intramuros como presunto responsable de concusión.
De acuerdo con la investigación adelantada por un fiscal de la Unidad de Delitos Contra la Administración Pública, los hechos ocurrieron el 23 de febrero de este año, cuando las autoridades capturaron en flagrancia a Álvaro Mauricio Vargas Marín, quien al parecer había realizado un hurto a una vivienda del barrio Belén de Medellín.
El hombre, de 55 años de edad, quien se movilizaba en un vehículo de placas MNP 869, transportaba dos televisores, una barra de sonido y 4 millones de pesos en efectivo.
Al llegar a la estación de Policía del barrio Laureles de la capital antioqueña, Hurtado Quiñonez le habría exigido la suma de 10 millones de pesos a cambio de no judicializarlo y dejarlo en libertad.
Una hora después de la exigencia económica, el dinero habría sido recibido por Cilia Cristina Caly Osorio, quien laboraba en un motel de la zona. La mujer fue cobijada con medida de aseguramiento domiciliaria en calidad de cómplice.
Aunque el dinero fue entregado en su totalidad, el capturado no fue dejado en libertad y fue enviado a la cárcel de manera preventiva por los delitos de hurto agravado y cohecho. Los investigadores establecieron que al momento de los hechos Vargas Marín se encontraba en detención domiciliaria por otra conducta delictiva.
Los procesados fueron capturados este 11 de noviembre y no se allanaron a los cargos imputados.
La defensa apeló la decisión de primera instancia ante los Jueces Penales del Circuito.