Cracovia (Polonia), 10 de noviembre de 2021. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió este miércoles en Varsovia «actuar con rapidez y decisión» en la crisis de la frontera polaco-bielorrusa, donde – dijo – tiene lugar «un ataque híbrido, brutal, violento e indigno».
Michel se entrevistó con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien a su vez destacó que no se trata «de una crisis migratoria, sino una crisis política desencadenada con el propósito especial de desestabilizar la situación en la Unión Europea (UE)».
Ambos líderes coincidieron en que el régimen de Aleksander Lukashenko es culpable de la situación en la frontera, donde se acumulan cientos de migrantes y se han registrado varios intentos violentos de pasar a territorio polaco de manera ilegal.
Morawiecki dijo que «los acontecimientos de los últimos días son una prueba para Polonia y una prueba para Europa», y añadió que su Gobierno es consciente de que puede producirse una escalada «arriesgada» y que «la situación puede empeorar», por lo que habrá que «lidiar con las estrategias de provocación» de Bielorrusia.
Además anunció que solicitará a la UE que impida los vuelos comerciales entre Oriente Medio y Minsk, para bloquear la afluencia de ciudadanos de esos países hasta la frontera polaca a través de territorio bielorruso.
En referencia a la supuesta participación del Gobierno bielorruso en estos hechos, Morawiecki exigió «aumentar nuestra presión a través de un mecanismo de sanciones apropiado para que (el régimen de Bielorrusia) ponga fin a esta práctica».
Según él, la oleada migratoria que afrontan Polonia, Letonia y Lituania desde el verano es una acción de «terrorismo de Estado» perpetrada por el régimen de Lukashenko, además de «un instrumento de chantaje y venganza» por reclamar unas elecciones democráticas en Bielorrusia.
«Hoy estamos defendiendo no solo la frontera polaco-bielorrusa, estamos defendiendo también el flanco oriental de la UE y la frontera oriental de la OTAN. Después de todo, el objetivo de Lukashenko es desestabilizar a toda Europa», concluyó Morawiecki.
Finalmente, Michel declaró que «en los próximos días», el Consejo Europeo debatirá «las posibilidades de financiación» de «una infraestructura física que proteja mejor a la UE».
El Gobierno polaco inició hace poco la construcción de un muro y un sistema de vigilancia a lo largo de los 420 kilómetros de su frontera con Bielorrusia, para lo que ha asignado unos 350 millones de euros.
EFE