Pekín, 13 abr – El Ministerio de Asuntos Exteriores de China se manifestó hoy «gravemente preocupado» por el vertido de agua contaminada de la accidentada central nuclear japonesa de Fukushima decidido hoy por Tokio.
En un comunicado publicado en su página web, la cancillería china protestó por la decisión japonesa, tomada según Pekín «sin una consulta completa con los países vecinos y la comunidad internacional» y «sin haber agotado los métodos seguros de desecho».
«El océano es una propiedad compartida de la humanidad. El vertido de agua residual nuclear de la central de Fukushima no es solo un asunto nacional (de Japón)», señala el texto.
Asimismo, China instó a Japón a «reconocer sus propias responsabilidades, mantener una actitud científica, cumplir con sus obligaciones internacionales y responder a las graves preocupaciones de la comunidad internacional, los países vecinos y sus ciudadanos».
«China seguirá trabajando con la comunidad internacional para hacer seguimiento de los acontecimientos y se reserva el derecho de realizar otras respuestas», añade el texto.
El Gobierno de Japón decidió este martes que se verterá al Pacífico el agua contaminada que se almacena en la accidentada central nuclear de Fukushima, tras tratarla para retirarle la mayor parte de los elementos radiactivos.
Esta controvertida medida está dirigida a resolver la acumulación de agua radiactiva en las instalaciones nucleares de Daiichi, uno de los problemas más acuciantes dentro del complejo proceso de desmantelamiento de la planta que resultó dañada por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, tomó hoy esta decisión en una reunión con su Gobierno, después de someterla a consultas con la operadora de la planta, Tokyo Electric Power, con el regulador nuclear nipón, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y las autoridades locales de Fukushima, entre otras partes.
Las autoridades niponas consideran que el vertido no generará ningún riesgo para la salud humana debido a que los niveles de tritio liberados al mar estarán por debajo de los estándares sanitarios nacionales -al ser mezclado con agua marina-, y defienden que esta es una práctica habitual en la industria nuclear de otros países.
Se trata del agua almacenada en enormes tanques y procedente del enfriamiento de los núcleos de los reactores nucleares dañados, así como de los acuíferos subterráneos y lluvias que se filtran y terminan contaminadas con isótopos radiactivos.