Chuzar, vigilar y neutralizar, es un instrumento estratégico del poder colombiano

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Chuzar, vigilar y neutralizar, instrumento estratégico del poder colombiano

Por Luis Fernando Quijano Moreno, 01/07/2013, Aanalisisurbano.com.co

Interceptar comunicaciones, vigilar y neutralizar “enemigos” ha sido parte de la estrategia de la guerra en Colombia, muy utilizada por cierto contra el llamado “enemigo interno” (concepto esbozado en la teoría de los Conflictos de Baja Intensidad, CBI) con esa justificación los gobiernos de turno, han perseguido a todo el que piensa diferente o en su defecto al que se supone esta “aliado” a la guerrilla, hoy calificada como organización terrorista, mañana tal vez, reivindicada como organización política militar (claro está, si los diálogos terminan en un acuerdo que ponga fin al conflicto social y armado que vive el país desde hace más de 50 años). Obviamente también ha sido utilizada en “muchos casos” no tantos como quisiéramos, para combatir al paramilitarismo, el narcotráfico, contrabando y recientemente a la mafia.

También el instrumento de la inteligencia, ha sido arma de guerra de guerrillas, paramilitares, mafias, en fin de cada estructura que hace parte de una manera u otra del conflicto colombiano, ya sea en lo rural o en lo urbano.

La interceptación, vigilancia y el “falso positivo” sobre el llamado “enemigo interno” se ha venido ejecutando desde la época de la doctrina de la Seguridad Nacional, posteriormente cada gobierno de turno la aplico a su manera y la fue refinando, hasta que alcanzo su plenitud en el gobierno de la llamada “Seguridad Democrática” quien instrumentalizo y convirtió al DAS, en un organismo dedicado a la escucha, vigilancia, montaje, manipulación, chantaje, descalificación, desprestigio e incluso la eliminación del “enemigo interno” de la patria. Es de anotar que lo hizo de forma ilegal.

Este instrumento fue elevado a la categoría de policía secreta política del Estado, incluso de propaganda oscura, fue tal la maquinaria de guerra montada a través de las tres letras que hasta el maestro de la traición, José Fóuche, se sonrojaría ante tan tenebroso instrumento de poder, creado para acabar con el contradictor y  el enemigo de la patria refundada.   

Sin embargo, a pesar  del escándalo de las llamadas “chuzadas” y ante la “promesa” mentirosa del establecimiento de que esto no se volvería a repetir, el actual gobierno, en cabeza de Juan Manuel Santos, ha enfilado todas sus baterías para fortalecer la inteligencia colombiana, pero a diferencia de su antecesor, este busca hacerlo desde lo legal, no significa que sea ético y democrático.

Hoy el Gobierno actual, lo realiza a través de la Policía Nacional, la cual ha desplegado todo su accionar por intermedio de dependencias como la DIJIN, SIJIN, SIPOL, DIPOL y quien sabe cuántas más que no conocemos y que están adscritas a esa institución, para saber que piensa y hace tanto la oposición política, como el crimen y en fin todos los que podrían afectar la “estabilidad” del “gobierno de la prosperidad democrática” que no es otra cosa que la versión actualizada de la “Seguridad Democrática”.

Recientemente se conoce que PUMA (sigla de Plataforma Única de Monitoreo y Análisis) fortalecerá a la “Plataforma Esperanza” lo que no está claro, es para que lo hará y contra quienes se enfocara su accionar. Esperemos que sea utilizada para el bienestar y protección del interés común, no para el fortalecimiento de los intereses particulares, que como bien es sabido, en el periodo anterior favoreció y fortaleció el régimen del “todo vale”.

Para concluir, cada día se refina más la utilización del instrumento de la inteligencia militar del establecimiento, esperemos algún día, este sea instrumento del Estado Social de Derecho, las preguntas que quedan a modo de reflexión son:

¿Al servicio de quien está la inteligencia militar actualmente?

¿La inteligencia militar, estará inmune a la seducción de la ilegalidad, representada en estructuras criminales poderosas, las cuales además de  tener tentáculos en todas partes, incluyendo a la institucionalidad, poseen gran poder económico para establecer la nómina paralela?

¿Quién vigilara y controlará a los que nos vigilan?

También el periódico el Tiempo y la Revista Semana, han presentado su visión sobre un tema tan sensible y complejo, como es el de la  inteligencia que ejercen los organismos de seguridad y justicia del país.

“los derechos fundamentales, las bases del Estado de derecho, se deben mantener inalterados”

¿Un Puma suelto?

Editorial del periódico el Tiempo, 27 de junio de 2013

La nueva plataforma de la Policía debe ser una eficaz herramienta contra el delito; su uso debe ceñirse en todo momento a la ley, para no reeditar capítulos recientes.

 Como era de esperarse, la noticia de que muy pronto la Policía Nacional contará con una moderna plataforma de monitoreo y análisis que le permitirá interceptar los canales cada vez más utilizados en la comunicación cotidiana, como las redes sociales y los servicios de telefonía IP, ha generado cierta controversia.

Así, mientras en una orilla están quienes han advertido sobre los riesgos que entraña un eventual uso inadecuado de dicha tecnología y para ello se apoyan en las recientes revelaciones del exempleado de la CIA Edward Snowden sobre el acceso con el que cuenta esta agencia a cuanto perfil y cuenta de correo electrónico ponga en su mira, otros se atienen al “quien nada debe nada teme” y consideran que el estar sometidos al ojo vigilante de las autoridades es un precio que se debe pagar a cambio de mayor tranquilidad.

Frente a este choque de visiones cabe el adagio popular: ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre. Sobre todo cuando, en el caso colombiano, la Policía ha sido enfática en que la nueva plataforma solo se utilizará en el marco de procesos judiciales y no en labores de inteligencia.

Polémicas aparte, hay algo inocultable y es que no se puede ignorar que la vida de las personas se desarrolla crecientemente en estos ámbitos. Y tan cierto como que Internet tiene una faceta en la que abundan las virtudes y los usos para mejorar la vida de las personas, lo es también que en un país como este, donde la delincuencia es cada vez más audaz, múltiples delitos hoy se fraguan y se concretan en ambientes virtuales.

Ocurre, entonces, que un cambio en los escenarios y en la forma en que se delinque o se gestan las violaciones de la ley no puede menoscabar la obligación del Estado de perseguir a los maleantes en cualquier terreno. De ahí que sea necesario contar con recursos como este, que permitirán perseguir el crimen en los nuevos meandros en que hoy se oculta.

Pero todo lo anterior no impide ser enfáticos en que los derechos fundamentales, las bases del Estado de derecho, se deben mantener inalterados.

Esto implica decir con vehemencia que el hecho de que la intimidad de las personas hoy esté más expuesta que nunca no puede ser excusa para que el Estado husmee en ella sin orden judicial. En este orden de ideas, se puede afirmar que la herramienta –denominada Puma– es necesaria en el combate contra quienes permanecen al margen de la ley y no sería justo satanizarla. La clave está en el uso que se le dé, que tiene que ser transparente, apegado en todo momento a la legalidad. Aquí, desafortunadamente, hay que reconocer que las prevenciones existentes tienen razón de ser, pues se fundan en casos recientes, y bastante sonados, hoy motivo de investigación, de uso inapropiado que entidades estatales les han dado a tecnologías similares, y que no pueden, por ningún motivo, repetirse.

Recursos como la plataforma mencionada son necesarios y deben ser fuente de menor impunidad y mayores índices de éxito sobre la delincuencia y de prevención del delito, que se traducirán en un fortalecimiento de la confianza de la ciudadanía en las instituciones, antes que en motivo de escándalos a causa de quienes los operan.

El que la tecnología hoy permita rastrear con un impresionante nivel de detalle los pasos de los ciudadanos solo aumenta la responsabilidad de las instituciones de no salirse de los cauces constitucionales, por mayor que sea la tentación.

La polémica que se desató por PUMA

29 de junio de 2013, Revista SEMANA

JUDICIAL, Una paranoia se desató ante el anuncio de que la Policía ampliará la capacidad de la plataforma Puma para interceptar celulares, correos y redes sociales. ¿Cuál es la realidad?

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A comienzos de la semana pasada en Colombia se desató una aguda polémica por cuenta de la publicación de una noticia según la cual la Policía Nacional pondrá en operación el próximo año un sistema que permitirá interceptar no solo celulares sino correos electrónicos y cuentas de redes sociales.

La información inicial afirmaba que Puma (sigla de Plataforma Única de Monitoreo y Análisis) sería similar a los programas masivos de control de comunicaciones que utilizan los organismos de seguridad de Estados Unidos y Gran Bretaña, los cuales han desatado grandes escándalos en esos países al ser acusados de violar indiscriminadamente la privacidad de los ciudadanos. Ahí fue Troya.

La oleada de críticas podría explicarse en alguna medida, pues los colombianos aún tienen frescos los recuerdos del escándalo de las chuzadas ilegales realizadas en el gobierno anterior por parte del liquidado DAS, las cuales fueron reveladas por SEMANA a lo largo de tres años.

Sin embargo, la realidad es que el tema de Puma como fue presentado la semana pasada tiene mucho de mito y poco de realidad. Gran parte de los debates que se hicieron sobre la violación de la intimidad son más bien la suma de factores que van desde un profundo desconocimiento sobre qué es realmente Puma, hasta el resultado de una guerra sucia entre instituciones, pasando por un tema económico de quién se queda con el negocio para montar esa herramienta.

Lo primero que hay que aclarar es que Puma no es algo que se vaya a instalar. Es un sistema que existe y está en funcionamiento desde hace ocho años. Hace parte de lo que se conoce como el sistema Esperanza,  que es la plataforma de interceptaciones principal del aparato judicial e investigativo colombiano. Funciona en el búnker de la Fiscalía y es administrado y controlado por esa entidad. Cuando entró en operación, Esperanza tenía una capacidad para intervenir 13.000 líneas.

Esos cupos para interceptar se reparten en 16 salas, de las cuales 14 están destinadas a intervenir teléfonos de casos de investigación de alto impacto como narcotráfico, guerrilla, terrorismo o secuestro. Solo dos fueron destinadas para otros tipos de delitos como homicidios, ‘paseos millonarios’, robo de celulares, robo de apartamentos y otra larga serie de los llamados delitos comunes, que son los que más afectan a los ciudadanos. Cabe destacar que solo quedaron habilitados cupos suficientes para interceptar únicamente 900 teléfonos en el país para investigar esos delitos, una cifra claramente irrisoria.

Desde 2005 hasta la fecha se ha mantenido esa capacidad del sistema Esperanza, pues no es posible ampliarlo. Con un agravante adicional. Esa plataforma de interceptación tiene una seria limitación ya que solo permite intervenir celulares de tecnología antigua como 2G o 3G y mensajes de texto. “Aparte de eso, que ya es grave, estamos en desventaja.

Si una banda dedicada al ‘paseo millonario’, por ejemplo, coordina ese delito por medio de mensajes con el ‘pin’ del BlackBerry no hay forma de intervenirlos e impedir el atraco o usar esa comunicación como prueba. Si dos sicarios se están coordinando para cometer un homicidio y se comunican usando Viber, Tango, Skype o alguno de esos sistemas de voz, tampoco tenemos cómo poder interceptarlo”, afirma el funcionario que trabaja en Esperanza.

Por esto en 2011 el documento Conpes Lineamientos de política para ciberseguridad y ciberdefensa aprobó mejoras para el trabajo de inteligencia en internet. Se destinaron 100.000 millones de pesos para la actualización de Puma, que seguirá bajo el control de la Fiscalía con todos los controles de legalidad existentes. Con ese dinero se espera que para finales de 2014 se llegue a 26.000 cupos para líneas interceptadas.

No se trata de un programa masivo e indiscriminado de interceptaciones. Entre otras razones porque, como ya lo han dicho expertos civiles en seguridad informática,  es imposible monitorear a todo el mundo. Se trata de actualizar una herramienta como el sistema Esperanza, que ha demostrado ser clave en la lucha contra los criminales y no contra los ciudadanos comunes.

“Recuerde lo que alguna vez dijo el expresidente de la compañía Google, Eric Schmidt: ‘Si no haces nada malo y no tienes nada que ocultar, no tienes que temer’”, dijo un funcionario de la Fiscalía que trabaja en el sistema.

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