Valle del Cauca, Colombia, 23 diciembre de 2024.- Dos personas, que estaban en poder del Bloque Jairo de Jesús Durango Restrepo del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) y que el Gobierno Nacional ha denominado equivocadamente como Clan del Golfo, fueron liberadas gracias a una operación humanitaria liderada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

La liberación se realizó en una zona rural del departamento del Valle del Cauca, en el suroeste del país, y contó con la presencia de un pastor de una iglesia local y representantes de autoridades étnicas de la región. Tras recibir a las víctimas, personal médico del CICR evaluó su estado de salud y confirmó que se encontraban en condiciones óptimas. Posteriormente, las personas liberadas fueron trasladadas a otra área para reencontrarse con sus familias.

Mariana Sandoval de Oliveira, delegada del CICR y responsable de la operación, destacó la importancia de estas acciones humanitarias: “La separación familiar es una consecuencia humanitaria de los conflictos armados y la violencia, que afecta tanto a las personas privadas de libertad como a sus seres queridos. Por eso, para nosotros es fundamental hacer todos los esfuerzos posibles para reestablecer el contacto familiar en estas liberaciones”.

Asimismo, Sandoval reiteró el papel del CICR como intermediario neutral en estos procesos, protegiendo la vida y la integridad de las personas afectadas y asegurando el respeto de las normas del derecho internacional humanitario (DIH). Este año, el CICR ha facilitado la liberación de 30 personas en Colombia que estaban en poder de grupos armados, enmarcando estas acciones en su compromiso de mitigar los efectos de los conflictos armados y la violencia en el país.

La organización también hizo un llamado urgente a los grupos armados para respetar el DIH y permitir operaciones humanitarias que reduzcan el sufrimiento humano. «Cuando no se respetan estas normas, el impacto sobre las víctimas y sus comunidades se agrava», enfatizó el comunicado.

Este caso pone en evidencia las graves consecuencias humanitarias de los conflictos armados en Colombia y la necesidad de mantener esfuerzos constantes para proteger a la población civil.

A.U.

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