Cientos de paraguayas salieron este lunes, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a marchar por el centro de Asunción para elevar sus voces contra la «justicia patriarcal» y la falta de acción en casos de feminicidio, maltrato y abusos sexuales.
«La injusticia nos mata» fue el lema que encabezó esta manifestación secundada por centenares de mujeres, que acudieron con sus camisetas y pañuelos morados para protestar contra el sistema judicial paraguayo.
Ante la sede de la Fiscalía, las manifestantes detuvieron la marcha para gritar su rechazo ante decisiones de la Justicia en casos como la resolución de tres jueces que condenaron a dos años de cárcel a un hombre por abusar sexualmente de su hijastra, de ocho años.
También por la indignación que les produce el caso del profesor de la Universidad Católica de Asunción (UCA) Cristian Kirskovich, representante del centro ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) y denunciado por acoso sexual por una joven que tuvo que refugiarse en Uruguay.
Estos reclamos se vieron plasmados en el manifiesto que leyeron al final de la marcha, en el que las mujeres expresaron su repudio a la «complicidad del Poder Judicial en los casos de feminicidios, abusos sexuales, acoso sexual, violación, violencia física, violencia psicológica que sufren las mujeres y no son atendidas como corresponde, en muchos casos victimizándolas y culpabilizándolas».
Aunque la injusticia fue el motivo central de la protesta, las mujeres también marcharon por el centro de Asunción para recordar que los malos tratos y el feminicidio no son las únicas formas de violencia.
Para las paraguayas que acudieron este lunes a la manifestación, la falta de acceso a la salud, a la educación y al trabajo representan otras formas de violencia, sin olvidar tampoco el rechazo y la violencia familiar hacia las mujeres y adolescentes lesbianas, así como a las transexuales, o la expropiación de tierras que padecen las campesinas.
Entre los pañuelos y camisetas moradas también se dejaron ver pañoletas verdes, convertidas en un símbolo del aborto libre y gratuito, que en el caso de Paraguay, el país del Cono Sur con la tasa más alta de fecundidad adolescente, está restringido a escasos supuestos.
Por eso, la marcha también contó con performances en las que representaban a niñas con uniformes escolares y el vientre abultado por el embarazo, para no mirar a otro lado ante uno de los problemas que afectan a las jóvenes y niñas paraguayas.
«Reclamamos la garantía de todos los derechos a todas las mujeres y pleno respeto a las diversidades políticas, étnicas, culturales, de edades, religiosas, geográficas, de opciones sexuales, diversidades y pluralidades», puntualizó el manifiesto.
Además, este año el documento tuvo presente el contexto regional y mostró su solidaridad «con las mujeres de Chile, Ecuador, Haití, Bolivia, Colombia, que se encuentran resistiendo y luchando en contra de las terribles violencias que ejercen contra ellas».
El Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer surgió en el seno del movimiento feminista latinoamericano y fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1999.
La fecha elegida coincide con el aniversario del asesinato de las dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres hermanas asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
EFE